Sergei Mikhailovich Eisenstein (1898 – 1948) es uno de esos nombres que cambiaron la historia del cine para siempre. Nacido en la ciudad de Letonia decidió estudiar arquitectura como su padre. Posteriormente se enroló en las milicias de la Revolución de Octubre, conflicto bélico que marca toda su carrera. Los temas más recurrentes de su filmografía son las guerras y la revolución misma. Un cine lleno de contenido político, usado como propaganda oficial del poder soviético. Se busca crear una conciencia nacional inculcando ideales a una población analfabeta a través de la imagen.
Fuera del contenido político-social de la obra de Eisenstein aportó la búsqueda de un lenguaje cinematográfico. Su trabajo será fundamental para el devenir posterior de la historia del cine, definiendo los distintos tipos de montaje: métrico, rítmico, tonal, sobretonal e intelectual (ideológico), siendo el caso de ‘El acorazado Potemkin’ (1926). Cuando hablamos de montaje no podemos dejar a un lado esta obra magistral de la pantalla grande, donde usa una gran variedad de escenas, las cuales crean en nosotros un efecto determinado por medio de una temática muy precisa. Actúa buscando un efecto en el espectador. Toda la teoría que desarrolló el cineasta sobre el montaje, se puede resumir con la escena conocida como ‘La escalera de Odessa’.
En definitiva, nos propuso un gran número de innovaciones técnicas que marcarán el posterior devenir del cine con un trabajo basado en D. W. Griffith, a pesar de su rechazo al uso del montaje clásico. Con Eisenstein se abre un nuevo capítulo en la conformación del lenguaje cinematográfico.