Luc Besson dirige a Scarlett Johansson en Lucy, un thriller de acción que sigue los pasos de una mujer envuelta involuntariamente en un asunto muy oscuro del que sabrá salir utilizando a sus captores, y que acabará transformándose en una guerrera despiadada cuya evolución supera la lógica humana.
Scarlett Johansson, sin duda, es el diamante de esta película dirigida por Luc Besson, director de otras películas como la maravillosa ‘El quinto elemento’ o ‘El profesional’.
El poder de la mente es algo desconocido para muchos, tampoco existe una ciencia cierta que nos diga de lo que somos o no somos capaces y hasta dónde podemos llegar. Por lo que desde el principio el tema de la película es bastante apetecible, pero llega un momento en el que la ficción se va de las manos y vivimos situaciones surrealistas que desvirtúan toda la importancia que podemos dar a la mente.
Lucy, como la gran protagonista, no desaparece ni un segundo de la gran pantalla dejándonos disfrutar paso a paso de la evolución del personaje. Scarlett Johansson poco a poco se va convirtiendo en un ser desconocido y deshumanizado capaz de cualquier cosa. El problema es que al ser capaz de todo, los villanos no dejan de ser meros títeres que ella puede destruir de mil formas sin que ellos puedan infligirle el más mínimo dolor. Por este motivo la acción pierde bastante emoción reduciéndose al cómo conseguirá eludirlos de nuevo. Aún así consigue sorprenderte y dejarte buenos momentos de acción a la espera de que pasará al final.
También contamos con la breve y magnífica presencia de Morgan Freeman, con el papel de científico especializado en el poder de la mente, que nos narra lo que le va a pasar a Lucy. Freeman se convierte en el apoyo de Lucy una vez que ha tenido que romper con todo lo que era y la única persona que puede guiarla es él.
En definitiva una película que entretiene y que quizás te haga replantearte hasta dónde llega el poder de tu mente.
Lo mejor: la evolución del personaje.
Lo peor: la excesiva ficción sobre el poder de la mente.