El día de su quinto aniversario de boda, Nick Dunne (Ben Affleck) informa que su esposa Amy (Rosamund Pike) ha desaparecido misteriosamente. Pero pronto la presión policial y mediática hace que el retrato de felicidad doméstica que ofrece Nick empiece a tambalearse. Además, su extraña conducta lo convierte en sospechoso, y todo el mundo comienza a preguntase si Nick mató a su esposa…
En estos tiempos en los que el Hollywood mainstream vive anclado en las fórmulas seguras y la minimización del riesgo, dejando lo ‘raro’ a sus productoras ‘independientes’, resulta gratificante que una Major estrene ‘Perdida’ por todo lo alto.
No es nada raro, por otro lado, que la película más refrescante e impredecible del año venga de la mano del personalísimo David Fincher, que vuelve a regalarnos otra joya cinematográfica para el recuerdo, atizando nuestras conciencias en el camino.
Hay decenas de aciertos en ‘Perdida’: la adaptación casi literal de la novela; la excelente elección de actores (Ben Affleck ha madurado, Rosamund Pike llena la pantalla, Neil Patrick Harris hace lo que le pongan sin despeinarse y hasta Tyler Perry parece un intérprete de verdad); las dosis de humor negro y cinismo; la crítica a los medios de comunicación y sus manipulaciones; la verdad que nos venden vía imagen pública y la verdad que es; esa atmósfera de polvorín a punto de estallar tan característica del director de ‘Zodiac’; el desmelenado giro de la segunda mitad…
‘Perdida’ es toda una declaración de principios de la Meca del Cine. Una bofetada bienvenida, un puñetazo en la mesa con el que Hollywood parece decir ‘sí, vamos a lo seguro y queremos hacer caja, pero no hemos olvidado cómo hacer un buen trabajo’.
Es difícil ahondar más sin destriparles la peripecia de esta pobre mujer desaparecida y la desesperada búsqueda de su abnegado maridito… ¿o nada aquí es lo que parece?
NO se la pierdan.
Lo mejor: la segunda mitad. Genial de punta a cabo.
Lo peor: tarda un poco en arrancar.
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