La ciudad de Nueva York está en peligro debido a que Shredder y el Clan del Pie ejercen un férreo control sobre todo, incluyendo policía y políticos. Pero cuatro héroes (Leonardo, Michelangelo, Donatello y Raphael) saldrán de las alcantarillas y con la ayuda de la reportera April y su compañero Vern Fenwick intentarán salvar la ciudad.
Es importante, a la hora de criticar cualquier película, tener claras las expectativas. Con ‘Las tortugas Ninja’, uno debería esperar pasar un buen rato, olvidarse de todo y disfrutar de un producto cien por cien palomitero.
Pues bien, eso es lo que nos ofrece la cinta de Jonathan Liebesman: desde los estupendos créditos iniciales arranca una montaña rusa de acción a raudales, gags (casi siempre acertados) y el derroche visual que un holgado presupuesto con la firma de Michael Bay puede (y debe) conllevar, aunque menos caótico que los compulsivos movimientos de cámara tan característicos de éste.
Cierto es que resulta predecible de principio a fin, y que su argumento en torno al origen de los quelonios recuerda y mucho al Spiderman de Andrew Garfield.
Igualmente increíble resulta la explicación de cómo se convierten en Ninjas pero, teniendo en cuenta que hablamos de Tortugas parlantes culturistas y su Sensei Rata hasta arriba de mutágeno, eso es lo de menos.
Con las expectativas donde deben estar, ‘Las tortugas ninja’ hace justo lo que se espera de ella, divirtiendo (mucho) en el camino.
Aunque parezca que es poco, por comparativa con otros Blockbusters de ínfulas trascendentes pero vacíos y descerebrados (la última entrega de los ‘Transformers’, por ejemplo), es más que suficiente.
Si tienen claro qué van a ver, pasarán un buen rato, que olvidarán nada más salir de la sala.
Lo mejor: el momento del ascensor y la broma de ‘Perdidos’.
Lo peor: te la sabes entera.
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