Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores liderados por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) se embarca en la que puede ser la misión más importante de la historia de la humanidad y emprender un viaje más allá de nuestra galaxia en el que descubrirán si las estrellas pueden albergar el futuro de la raza humana.
Tras una carrera dedicada a redefinir los géneros que tocaba, el director y guionista Christopher Nolan logra con ‘Interstellar’ su mejor película que, además, supone la renovación del género de Ciencia-ficción seria, tan trascendente y significativa como el ‘2001’ de Kubrick en su día.
La desbordante imaginación de Nolan queda plasmada en esta epopeya galáctica que juega con las teorías espacio-temporales. El director entrega una oleada de imágenes, diseños y momentos que quedarán grabadas en nuestras retinas para los restos.
La concepción visual y narrativa de la película es simplemente excepcional: el agujero de gusano, el diseño de las naves, la mecánica de los robots, la Nasa convertida en un símbolo secreto de esperanza y miedo, la tecnología próxima y el conflicto social plausibles… Nolan recicla todo lo visto en los últimos 40 años, refrescando cada concepto, aportando varios nuevos nunca vistos y convirtiendo el conjunto en un espectáculo cósmico de inusitada belleza.
Cierto es que en ocasiones la cháchara científica es difícil de seguir, pero el guión del propio Nolan y su hermano, basado en la idea del físico teórico Kip Thorne, se esfuerza incluyendo acertados símiles para que el espectador no se pierda y conserve intacto el foco de la historia.
Además, la frialdad de anteriores trabajos respecto al tratamiento de los personajes y relaciones se diluye aquí. El motor de la historia es el amor, y Matthew McConaughey y Jessica Chastain entregan dos personajes memorables, humanos de punta a cabo, envueltos en un torrente de emociones que definirán sus vidas.
Cooper y Murph ejemplifican todos nuestros defectos y virtudes. El afán de superación del ser humano, siempre inquieto, siempre deseoso de ampliar los límites y explorar nuevos territorioa asumiendo riesgos corre por sus venas.
Toda la pasión del adicto a la ciencia, los logros del mayúsculo y audaz cineasta, los excesos megalómanos de su carrera… en definitiva, todo lo que hace de Christopher Nolan quien es converge en ‘Insterstellar’.
Y lo hace en un Todo magistral inolvidable lleno de lecturas, dispuesto a convertirse en vehículo de culto, discusión, loa y escarnio en los próximos años.
Algo que solo las Obras Maestras consiguen.
Lo mejor: supone una renovación del género.
Lo peor: el director sigue teniendo problemas con la vena humorística de sus películas.