Capitán, Kowalski, Rico y Soldado deben unir sus fuerzas a las de la sofisticada organización de espías Viento Norte para impedir que el malvado Dr. Octavius Brine domine el mundo.
La Saga de Dreamworks ‘Madagascar’ fue perdiendo fuelle a medida que se sucedieron las entregas, conservando dos constantes de calidad: el alocado Rey Julian y los Pingüinos de Madagascar que, además, iniciaron una serie de televisión propia a partir del año 2008.
El éxito rotundo de la serie y la calidad de los personajes ha desembocado en ‘Los Pingüinos de Madagascar’, el primer largometraje para la gran pantalla del comando de élite compuesto por cuatro aves marinas con más recursos que el mejor James Bond.
El resultado es tan descacharrante y satisfactorio como cabría esperar.
‘Los Pingüinos de Madagascar’ ofrecen noventa minutos de diversión a raudales. El grupo hace suyo el Slapstick en esta aventura en la línea de ‘Gru: mi villano favorito’ (con la que comparte muchos lugares comunes), ‘Megamind’ y la magnífica ‘Los Increíbles’ de Brad Bird.
Alrededor del mundo, los Pingüinos y sus nuevos aliados (excelentes todos y cada uno de los integrantes del ‘Viento del Norte’) se enfrentarán al villano de turno: un vengativo, afectado y megalómano pulpo.
El brillante prólogo (atentos al momentazo National Geographic) presagia lo que disfrutamos a continuación: la sucesión de gags de alto voltaje, equívocos, situaciones imposibles y toda la parafernalia de gadgets que todo agente secreto que se precie debe guardar en su arsenal están presentes en el largo.
Noventa minutos de excelente animación que hará las delicias de grandes y pequeños, pues hay guiños para todas las edades. ‘Los Pingüinos de Madagascar’ se aleja de la agotada Saga que los vio nacer, centrándose en las bondades de su genial hermana televisiva.
Cuando el espectáculo llega a su fin, contemplamos además la mayoría de edad del entrañable pingüino Private (Soldado para la película) como miembro imprescindible del Comando del Hemisferio Sur.
Tras los créditos finales mirarán el reloj… solo para darse cuenta de lo corto que se ha hecho el viaje.
Lo mejor: el prólogo.
Lo peor: la simplicidad del argumento.