París, Francia. Los primeros 28 días de la primavera y 11 mujeres diferentes. Madres, mujeres de negocios, novias, amas de casa, amantes, esposas… Un caleidoscopio de mujeres muy diferentes enfrentadas a sus miedos, esperanzas, anhelos, curiosidades, aventuras, enfados, complejos…Distintas caras enfrentadas y superpuestas. La mujer del siglo XXI.
Once mujeres, once historias diferentes que se entrelazan en ‘French Women‘, la opera prima de la actriz y recién estrenada directora, Audrey Dana. Una comedia francesa que pretende mostrar a la mujer del siglo XXI, con su montaña rusa de sentimientos, complejos, obligaciones, temores, prejuicios y culpas.
En el reparto hay actrices muy conocidas para los aficionados al cine francés como Laetitia Casta (Agathe), Vanessa Paradis (Rose), Isabelle Adjani (Lili), Audrey Fleurot (Sophie), Marina Hands (Inés), y Géraldine Nakache (Ysis), Alice Taglioni (Marie).
La película trata de hacernos partícipes del complicado equilibrio de la mujer para poder compaginar vida, familia, ocio y trabajo. Tenemos personajes madres, trabajadoras, compañeras, amantes, esposas, amas de casa y jefas. Al mismo tiempo, el sexo ocupa un papel destacado: sexo entre desconocidos, entre amantes, entre ellas, con sus parejas.
Pero el film naufraga estrepitosamente en el intento: las historias no se entrelazan, sino que se amontonan sin ningún criterio unas sobre otras. La relación coral entre los personajes es forzada e impostada. Hay personajes totalmente anodinos, y situaciones inverosímiles.
Los contados personajes masculinos son totalmente prescindibles, cuando no ridículos. Además, la abundancia de clichés y situaciones machistas asumidas por las protagonistas siembran la duda de que la directora sea una mujer.
Las risas salen con cuentagotas; tres o cuatro situaciones cómicas en casi 120 minutos es muy poco bagaje para una pretendida comedia.
En definitiva, la sensación de fiesta de pijamas, de tono alocado, absurdo y exagerado, hace que nunca nos identifiquemos con ninguna de las historias ni de los personajes, por irreales. Una historia sin pies ni cabeza. Almodóvar lo hubiera hecho muchísimo mejor.
Lo mejor: la actuación de alguna de las actrices (Laetitia Casta, Géraldine Nakache, Vanessa Paradis) y los muy contados momentos graciosos.
Lo peor: no se salva casi nada de la película.