Jupiter Jones nació bajo el cielo de la noche, y las señales apuntaban a que estaba llamada a grandes cosas. Aunque sigue soñando con las estrellas, su vida se reduce a la dura realidad de su trabajo como limpiadora de casas y a un sinfín de rupturas problemáticas. Y no es consciente del destino que la está aguardando hasta que Caine, un ex militar genéticamente modificado, llega a la Tierra para encontrarla; la razón es que Júpiter forma parte de una cadena genética extraordinaria que podría alterar el equilibrio de todo el Universo.
Casi todos los cineastas que valen la pena tienen en su haber una o dos obras por las que se les recordará siempre. En el caso de los hermanos Wachowski, fue la saga ‘Matrix’, que fue de más a menos pero, sin duda, redefinió el cine de Acción y Ciencia-ficción modernos.
La mejor manera de afrontar ‘El destino de Júpiter’ y sacarle jugo es tener esto presente: olvídense de ‘Matrix’. Los Wachowski tuvieron su momento, y ahora deambulan entre películas de enorme potencial (‘El Atlas de las Nubes’) descalabros (‘Speed Racer’), y cintas divertidas sin mayores (aunque las busquen) pretensiones.
‘El destino de Júpiter’ juega en esta última liga, y tiene muchos puntos a su favor, pero también grandes boquetes que acaban lastrando el resultado final.
Entre sus virtudes, podemos destacar la excelente producción (llena de aciertos como el abigarrado diseño de las naves, planetas y entornos, las botas para surfear del protagonista…) y la partitura del gran Michael Giacchino.
Los Wachowski, además, siguen tan finos como siempre planificando escenas de acción, y durante el metraje observaremos varios enfrentamientos por tierra, mar y aire que harán las delicias de los Actioners que llevamos dentro.
¿Suficiente para divertirnos y dar por pagado el precio de la entrada? Sin duda.
Sin embargo (aunque está por encima de la media respecto a otros textos de recientes Blockbusters) el libreto peca de simplista, y apenas se sostiene a poco que analicemos lo que está ocurriendo.
Partiendo de una idea prometedora (el Universo como un negocio explotado por grandes Familias), la superficial complejidad de la trama (con parloteo político casi tan endeble como el planteado por George Lucas en la primera ‘segunda Trilogía’ de ‘Star Wars’, incluido) termina siendo tan exagerada que chirría en los momentos determinantes.
Además, Mila Kunis, la actriz detrás de Júpiter Jones, apenas pasa de lucir palmito en una producción (y género) para el que no está preparada. Channing Tatum cumple como héroe de acción y Eddie Redmayne (el mejor del reparto) resulta realmente odioso en su papel de psicópata galáctico.
Si funciona bien, tendremos saga. Si no, al menos pasarán un rato divertido sin mayores preocupaciones.
Lo mejor: todos los aspectos de producción y la banda sonora.
Lo peor: es simple, que no idiota.