Samba es un inmigrante de Senegal que llegó a Francia hace diez años, y desde entonces ha tenido varios empleos humildes, sin poder haber regularizado su situación. Alice es una ejecutiva quemada por su trabajo que compagina su baja laboral con el trabajo en una ONG como voluntaria. Samba quiere salir adelante, y Alice quiere recuperar su vida. El azar hará que sus trayectorias se crucen, y esa circunstancia cambiará su existencia para siempre.
El éxito mundial que consiguieron Olivier Nakache y Eric Toledano con ‘Intocable’ (2011) sorprendió a todo el mundo. De nuevo cuentan con la estrella Omar Sy junto a un intérprete francés de renombre–en este caso Charlotte Gainsbourg en vez de François Cluzet–, una historia comprometida pegada a cierta realidad social delicada, y un tratamiento amable hasta cierto punto que blanquea (o al menos lo pretende) una situación poco menos que dramática, la de los inmigrantes subsaharianos que llegan a Europa.
Los paralelismos terminan ahí, porque ‘Samba’ no es ‘Intocable’.
La pareja protagonista no tiene ninguna química, y la historia de ¿amor? no es en absoluto creíble. Gainsbourg compone un personaje que no transmite, no hace que nos importe su trastorno, no sufrimos sus problemas ni empatizamos con ella.
Los momentos cómicos llegan con cuentagotas, sin integrarse en la trama de una forma eficaz. Aunque hay dos o tres muy divertidos, la película hay que calificarla como un drama puro y duro, con alguna situación cómica de relleno para intentar desengrasar.
El mejor personaje de largo de la película es el interpretado por Tahar Rahim (Wilson), el amigo de Samba, que nos proporciona los momentos más genuinamente cómicos del film. Izia Higelin, actriz y cantante de rock francesa, da contrapunto al personaje de Wilson de forma más que correcta.
El guión compone varias películas a la vez yuxtapuestas: hay una parte que recuerda a ‘Riff Raff’, de Ken Loach; otra que parece una historia de dos personas; una tercera que consiste en un drama social documentado; y las partes cómicas a que hacíamos referencia antes. Demasiado fragmentados y sin continuidad entre ellos. Sin embargo, la banda sonora encaja muy bien con los diferentes estados de la cinta.
La película sí que refleja eficazmente el drama social y personal de los inmigrantes subsaharianos que llegan a Europa de forma ilegal, y su alienación: por utilizar documentación falsa para poder trabajar, el protagonista tiene miedo hasta de olvidar su verdadero nombre.
En resumen, estamos ante una buena película, pero aquellas personas que vayan al cine esperando ver una especie de ‘Intocable’ con otra temática, se van a llevar un chasco.
Lo mejor: el reflejo del drama social de la inmigración ilegal y el día a día para estas personas, junto con el personaje de Wilson y la banda sonora.
Lo peor: la continuidad de la historia, la química de los protagonista.
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