Tris (Shailene Woodley) y Cuatro (Theo James) son fugitivos que tratan de eludir la persecución de Jeanine (Kate Winslet), la líder de los eruditos. Tris pretende averiguar qué era lo que su familia defendió con tanto sacrificio. Atormentada por las decisiones de su pasado, pero decidida a proteger a los suyos, Tris, con la ayuda de Cuatro, se enfrentará a un reto tras otro para desbloquear la verdad de su pasado y el futuro de su mundo.
Si hacía falta confirmar que estamos saturados de distopías cinematográficas adolescentes que se plagian unas a otras, ‘Insurgente’ se empeña una y otra vez en hacerlo.
La aburrida, previsible y fría secuela no despega en ningún momento. Fiel a los peores vicios de la típica entrega de transición (estirar el chicle sin alcanzar un clímax que satisfaga al espectador), la cinta continúa la inverosímil historia de una Sociedad absurda, incluso para los estándares de la Ciencia-ficción menos exigente.
Son tantos los agujeros del guión que forman cráteres imposibles de transitar.
Si ‘Divergente’ salvó los muebles respecto a su competidora principal, ‘Los juegos del hambre’, gracias a la efectiva presentación de los personajes y la pátina de realismo visual, ‘Insurgente’ se despeña, revelando sin pudor que corre a rebufo de Katniss y compañía, cuyo universo es más interesante, plausible y perturbador.
Pese a la cuidada factura y los momentos de puro espectáculo palomitero (las simulaciones con Tris son lo mejor de la cinta), ‘Insurgente’ se desinfla minuto a minuto, incapaz de despertar nuestro interés.
Ni siquiera el buen hacer de la esforzada pareja protagonista (Shailene Woodley y Theo James), que intentan ‘sacar de donde no hay’, muy por encima de la media de un elenco en piloto automático (el Oscar de Octavia Spencer cada vez es más cuestionable), resultan suficientes.
‘Insurgente’ incumple su objetivo: dejarnos con ganas de contemplar el siguiente capítulo. Visto el desenlace de la cinta… es (tristemente) fácil presagiar qué ocurrirá a continuación.
Lo mejor: las simulaciones de Tris.
Lo peor: camina con pies de barro.
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