A través de una periodista (Silvia Abascal) que está escribiendo un libro sobre el Papa Francisco (Darío Gandinetti) recorremos la emocionante vida del padre Jorge en su permanente lucha contra la pobreza, la prostitución, la explotación laboral, la droga y la corrupción. Desde el adolescente que descubre su vocación hasta el jesuita elegido Papa, descubrimos la misma calidez, buen humor y sabiduría con la que el Papa asombra hoy al mundo.
Hay una serie de problemas importantes cuando afrontas un biopic sobre un personaje que levanta simpatías y aprobación mayoritarias. Resulta mucho más fácil caer en la hagiografía que si se retrata la vida de un criminal despiadado o un loco sin escrúpulos. Dicho de otra forma, resulta moralmente menos arriesgado rodar ‘El hundimiento’ que ‘Gandhi’. Precisamente ese es el problema que se esfuerza en evitar Beda Docampo en ‘Francisco’… y, en términos generales, sale bastante airoso del reto.
El principal acierto del film es la hilvanación del relato. Teniendo un guión que parte, básicamente, de un puñado de anécdotas, Docampo sabe encontrar un acertado eje de la narración en esa relación entre el futuro Papa y esa periodista agnóstica a la que da vida Silvia Abascal. La interacción entre los dos personajes, aún ficcionada, proporciona algunos de los mejores momentos de la película, constituyendo una potente metáfora del talante abierto del primer pontícife hispanoamericano. Una explicación clara y patente de las simpatías que despierta Francisco entre los no creyentes.
Obviamente, esto no quiere decir que la película tenga un planteamiento sin fallos, ya que los saltos temporales casi inherentes a todo biopic no dejan de generar confusión en el espectador. Cabe preguntarse si la narración no hubiera ganado si se hubiera aferrado en todo momento al hilo conductor de los encuentros que los protagonistas mantienen durante los años.
Hablando de los protagonistas, no hay muchos peros que poner a los dos cabezas de cartel. Teniendo en cuenta desde un primer momento que Darío Grandinetti no se parece lo más mínimo a Jorge Bergoglio, el actor argentino sí que se apropia de la esencia del personaje y ofrece una interpretación sencilla, sin aspavientos y perfectamente convincente. Silvia Abascal, por su parte, hace lo que puede para alternar la profundidad emocional del personaje (una agnóstica con dilema moral que encuentra su mejor apoyo en un cardenal católico) con su rol como eje vertebrador del relato.
En resumidas cuentas, ‘Francisco’ resulta un biopic bastante al uso, pero se agradece la honestidad de su planteamiento y la sencillez con la que se nos presentan los personajes frente a la grandilocuencia con la que podríamos habernos encontrado.
LO MEJOR: Su sencillez de planteamiento.
LO PEOR: Cierto mareo en los saltos temporales.
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