Un críptico mensaje del pasado envía a James Bond a una misión secreta a México D.F. y luego a Roma, donde conoce a Lucía Sciarra, la hermosa viuda de un infame criminal. Bond se infiltra en una reunión secreta y descubre la existencia de una siniestra organización conocida como SPECTRE. Mientras tanto, en Londres, el nuevo director del Centro para la Seguridad Nacional cuestiona las acciones de Bond y pone en duda la importancia del MI6, encabezado por M. De modo encubierto Bond recluta a Moneypenny y Q para que le ayuden a buscar a Madeleine Swann, la hija de su antiguo archienemigo, el Sr. White, que quizá tenga la clave para desentrañar el misterio de SPECTRE. A medida que Bond avanza en su misión, descubre una estremecedora conexión entre él mismo y el enemigo que busca.
El Bond de Daniel Craig y Sam Mendes ha sido un punto y aparte en la ya legendaria franquicia cinematográfica, que venía renqueante y tocada por el paso del burlón y estúpido ciclo de Pierce Brosnan.
Así, ‘Casino Royale’, supuso una redención para el doble cero y sus fans, que reunió el favor de público y crítica y manifestó las intenciones del dúo Craig-Mendes para la nueva etapa: 007 no estaba muerto, estaba de parranda y regresaba renovado al siglo XXI.
Tras esta magnífica entrega, comenzó la montaña rusa: ‘Quantum of Solace’ fue una fría decepción; ‘Skyfall’, el mejor Bond hasta la fecha.
‘Spectre’, cierra las tramas de las otras tres y pone el broche de oro a la fructífera colaboración del dúo… con resultados muy irregulares.
Tras un prólogo tan absurdo como espectacular, seguido de los geniales créditos de Daniel Kleinman (que brillan pese a la sosa cancioncilla del grititos Sam Smith), ‘Spectre’ se pone la franquicia por montera mirando al pasado y plagando la película de referencias para Bondianos acérrimos.
Mendes plantea el último viaje de Bond como un enérgico ejercicio de estilo pomposo y grandilocuente, envuelto en mastodónticas Set Pieces fotografiadas con la rigidez propia de Hoyte van Hoytema, la excelente banda sonora de Thomas Newman, un discurso Anti Terrorista políticamente incendiario e incorrecto y Daniel Craig, más Bond que nunca: chulo, vividor, irónico, rígido y sobrehumano.
Dos horas y media que no aburren, pero sí tienen una serie de fallos que dejan a ‘Spectre’ a la altura de ‘Quantum’ y, a ratos (y esto es lo preocupante), muy cerca del infame Agente del ya citado Brosnan.
El libreto es tan obvio e improbable que es difícil no anticiparse a cada paso, ni sonrojarse de vez en cuando; la química entre Bond y sus chicas (sobre todo Léa Seydoux, alias La Esfinge) no existe; los secundarios sirven de excusa para la siguiente escaramuza a hostia limpia (¡qué desaprovechado está Dave Bautista!) y, como triste colofón, Christoph Waltz no ve recompensado su genio avivando un personaje icónico de corto recorrido, rocambolescas motivaciones y ejecución a golpe de cliché.
Son tantas las tonterías que ocurren a lo largo del metraje que es difícil enumerarlas, por muy bien ejecutadas que estén (volvemos al triste esquema donde los Villanos son muy cortitos y el Héroe lo tiene todo a huevo).
‘Spectre’ bien podría ser la última película de 007, y en muchos sentidos resulta toda una celebración a 50 años de historia.
Pero ‘Skyfall’ dejó el listón demasiado alto. No intentar superarlo volviendo a los arcaicos hábitos de antaño… resulta un fracaso.
Lo mejor: el prólogo.
Lo peor: es extraordinariamente tonta.
Cuadremos la crítica con los tópicos del Cine de 007 que tanto nos gusta ver, gracias a nuestros amigos de Paramount Channel.