Treinta años después de la victoria de la Alianza Rebelde sobre la segunda Estrella de la Muerte (hechos narrados en el Episodio VI: El retorno del Jedi), la galaxia está todavía en guerra. Una nueva República se ha constituido, pero una siniestra organización, la Primera Orden, ha resurgido de las cenizas del Imperio Galáctico. A los héroes de antaño, que luchan ahora en la Resistencia, se suman nuevos héroes: Poe Dameron, un piloto de caza, Finn, un desertor de la Primera Orden, Rey, una joven chatarrera, y BB-8, un androide rodante. Todos ellos luchan contra las fuerzas del Mal: el Capitán Phasma, de la Primera Orden, y Kylo Ren, un temible y misterioso personaje que empuña un sable de luz roja.
‘Star Wars: El despertar de La Fuerza’ es el estreno más esperado de este año y ha llegado a los cines con miles de adeptos tarareando la marcha imperial y rememorando la primera saga. Eso es lo que hemos tenido de vuelta. Con la nueva película hemos regresado al ‘Episodio IV’. Casi podemos hablar de un reboot en el que J. J. Abrams ha dejado a un lado los desaciertos de George Lucas y nos ha devuelto lo mejor de Star Wars al 2015, pero le ha faltado algo.
Tenemos claro que J.J. es uno de los directores más capaces y quizás heredero del espíritu de Spielberg. Ha revivido sagas como ‘Misión Imposible’ y ‘Star Trek’ por lo que se echa de menos que no haya arriesgado nada en este film. El guión, trabajado junto a Lawrence Kasdan y Michael Arndt, va a lo seguro. Busca cumplir una función, revivir la saga para presentar a los nuevos personajes y así a los herederos directos de Leia, Solo y Luke.
El poder de los Jedi resurge con fuerza en Rey, papel interpretado con convicción por Daisy Ridley, todo química on su partenaire John Boyega. No se puede decir lo mismo del lado oscuro: Kylo Ren, el nuevo sustituto de Darth Vader, ya sea con máscara o sin ella, le falta algo y por supuesto, no es Anakin. No tiene la misma fuerza.
Estos actores hasta ahora no habían intervenido en la saga pero no son personajes nuevos, sino roles de las películas originales. En muchos momentos, nos parece estar viendo a Han Solo, Leia y Luke a bordo del Halcón milenario mientras intentan poner fin a la estrella de la muerte, reviviendo el Episodio IV: ‘Una nueva esperanza’.
En resumen, aunque ‘Star Wars: el despertar de La Fuerza’ no arriesga, es una película correcta que no defrauda porque nos trae a la gran pantalla todo lo que se espera de la saga galáctica. Rememora directamente las películas clásicas de la franquicia, con sus personajes, acción a raudales, muchas naves, disparos y una dosis de humor muy acertada.
Lo mejor: se han dejado a un lado los tres primeros episodios, completamente desafortunados y se retoma el espíritu de Star Wars. Rememoramos los viejos tiempos.
Lo peor: J. J. Abrams no arriesga nada en la película y el guión podría haber estado más trabajado, si no hubieran apostado por lo seguro.