Nancy (Blake Lively) es una joven que trata de superar la pérdida de su madre. Un día está haciendo surf en una playa solitaria cuando se queda atrapada en un islote a apenas unos metros de la costa y, aunque está a solo 100 metros de la salvación, para alcanzarla tendrá que tirar de todos sus recursos y su voluntad, pues un enorme tiburón blanco se interpone entre ella y la costa.
Primero, despejaré dos incógnitas surgidas tras el aluvión promocional: no estamos ante la heredera moderna de ‘Tiburón’ (tardará en llegar otro acontecimiento similar), ni tampoco se trata de un engendro digital vacío y absurdo del maltrecho género ‘con escualo’.
‘Infierno Azul’ es un digno survival horror marítimo de serie B que, sin embargo, se desenvuelve a las mil maravillas durante su dilatado metraje.
Collet-Serra conjuga con brío la impresionante fotografía, el complejo montaje repleto de virguerías técnicas y aprovechamiento de recursos; el resultón tiburón digital (éste no ‘canta’ y SÍ da miedo), la creciente tensión y la historia de supervivencia de la ‘all american’ Nancy, obligada heroína de acción y Tejana de armas tomar.
Serra sabe cómo asustar a la audiencia.
El realizador utiliza la cámara de mil y una maneras para meternos en la piel del protagonista (especial atención a las cámaras Gopro, que se convierten en un interesante y dinámico recurso), enfocando cada ola, cada ataque del Tiburón como una experiencia a flor de piel donde la adrenalina fluye sin parar.
La banda sonora de Marco Beltrami suma, fusionándose a la perfección con el relato, acrecentando los momentos de angustia y acompañando con cuidado los íntimos, propios del viaje interior de Nancy vs tragedia personal vs Tiburón.
Pese al absurdo general de los acontecimientos (con varios guiños a la saga iniciada por Steven Spielberg, y destruida por el resto) y un guión bien estructurado pero pleno de tópicos, clichés y lugares comunes, ‘Infierno Azul’ se disfruta de principio a fin, afianzando a Collet-Serra como fiable artesano todoterreno.
En magistrales momentos donde el oficio de éste se suelta la coleta, aguantaremos la respiración mientras nos revolvemos en la butaca, deseando la peor de las suertes al maldito e implacable depredador.
En la medida en que, sin duda (con permiso de ‘Open Water’) es la mejor cinta con Tiburón desde la homónima obra maestra del Rey Midas, ‘Infierno Azul’ merece el reconocimiento de reflotar un género instalado en el ridículo.
Si no les parece suficiente… es improbable que surfeen tan tranquilos después de verla.
Lo mejor: este Tiburón sí asusta.
Lo peor: no desarrollar más el personaje de la pletórica Blake Lively.