El USS Enterprise, la nave insignia de la Flota Estelar liderada por el capitán James T. Kirk (Chris Pine), vuelve a surcar el universo para asegurarse de la protección de la Tierra y del resto de planetas aliados. Pero la tranquilidad durará poco y el peligro acecha. La primera etapa de su misión les llevará a un territorio desconocido, y su travesía de vigilancia pronto se convertirá en una carrera por la supervivencia espacial cuando se enfrenten a un nuevo y fiero enemigo, Krall (Idris Elba), una especie alienígena avanzada. Para frenar sus siniestros planes, Kirk deberá reunir a su equipo y usar todo sus recursos para resolver los desafíos a los que se enfrentarán. A la vez que intentan encontrar el modo de volver a la Tierra, su misión será proteger el futuro de la raza humana y preservar la armonía entre especies…
Cuando J.J. Abrams cambió las reglas del juego en ‘Star Trek (2009)’, reiniciando la franquicia vía Universo alternativo, los trekkies de toda la vida que no comulgaran con el sectarismo anticiparon una consecuencia inevitable: a partir de aquí, la venerada saga no volvería a ser la misma, caminando por excitantes territorios desconocidos.
Tras la magnífica ‘Star Trek: En la Oscuridad’ (la mejor hasta la fecha), Abrams soltó el sillón de mando en favor de Justin Lin, un pez en el agua cuando los acontecimientos discurren a toda velocidad, la acción se desmadra y proliferan las mil y una maneras de mover la cámara para que el público se empape de la aventura.
‘Star Trek: Más allá’ supone un punto de inflexión en el viaje del U.S.S. Enterprise.
Desprovista de toda la parafernalia visual y alardes técnicos (que tiene muchos, y muy buenos), bien podría ser un episodio ligero y jocoso de la serie clásica, con momentos puntuales donde la trinidad Kirk-Spock-McCoy tira de genio, carisma, optimismo, valores y desbordante humanidad.
La cinta de Justin Lin se beneficia en los momentos íntimos del guión de Simon Pegg (aquí un Scotty algo pasado de vueltas), declarado Trekkie y guionista dotado, y el buen hacer de Chris Pine, Karl Urban y un sobresaliente Zachary Quinto.
Cuando Spock, Kirk y McCoy se ponen serios (o cómicos) e interactúan entre ellos, la película crece, capturando intacta la esencia de lo que convierte a ‘Star Trek’ en una saga imprescindible para todo amante del género.
Es en estos momentos cuando ‘Más allá’ despunta, erizándonos los cabellos: el monólogo interior de ese atribulado capitán paseando por su nave; el ¿imperturbable? Vulcano que ve cómo su vida llega a una encrucijada; el Doctor que, pese a todo su sarcasmo, lleva la amistad, compañerismo y el firme juramento hipocrático hasta las últimas consecuencias.
La esperanza, la exploración, la inquietud humana, los lazos que nos unen y nos hacen fuertes, la infinita diversidad en infinitas combinaciones… todo está presente en la cinta, en las dosis correctas para no lastrar lo que, al final, es un Blockbuster de tomo y lomo.
En esta segunda vertiente, la del entretenimiento puro y duro y el ‘cuanto más, mejor’, ‘Más allá’ cumple con creces, derritiéndonos las retinas vía imaginación visual, derroche de medios y un diseño de producción elefantiásico.
Los adictos a la saga y a la ciencia-ficción alucinarán con el vuelo del Enterprise entrando en la Yorktown (hasta aquí puedo escribir), entre otros muchos momentos de auténtico éxtasis.
Pero no es oro todo lo que reluce.
El villano de la función juega en la Liga de los más flojos de la Saga, pese a sus implacables métodos y la siempre agradecida presencia de Idris Elba; el calado y la profundidad característicos de ‘Star Trek’ se ven atenuados en favor del espectáculo; Chekov, Sulu, Scotty, la recién llegada Jaylah y Uhura pagan el pato de un metraje ajustado, viendo sus personajes reducidos a mínimos; mucho de lo que ocurre está cogido con pinzas, aunque muy bien cocinado para que nos lo comamos… y pidamos más.
‘Star Trek: Más allá’ no es perfecta, y todo buscador de tres pies al gato encontrará errores sobre los que despotricar.
Con sus luces y sus sombras, en lo que llevamos de año no hemos visto una aventura tan electrizante, divertida, apasionada, buenrollista y musculada como ésta.
A la espera de la nueva serie ‘Star Trek: Discovery’ y el ya anunciado cuarto film, podemos asegurar una cosa: estamos de enhorabuena, pues este Enterprise y su tripulación, tienen pasión para llegar con audacia donde nadie ha podido llegar.
Lo mejor: cien minutos asegurados de diversión sin paradas y auténtico espíritu Trek.
Lo peor: los secundarios, cegados ante el fulgor del trío protagonista.
Chris Pine es un Kirk maravilloso ¿queréis saber las cinco razones por las que le gusta a todo el mundo, gracias a nuestros amigos de Paramount Channel?