En ‘War for the Planet of the Apes’, el tercer capítulo de esta exitosa franquicia aclamada por crítica y público, César y sus simios se ven obligados a un enfrentamiento mortal con un ejército de seres humanos comandados por un implacable Coronel. Después de que los simios sufran pérdidas inimaginables, César lucha contra sus instintos más oscuros y comienza su propia búsqueda mítica para vengar a su especie. A medida que el viaje le conduce al inevitable cara a cara, César y el Coronel se enfrentarán en una batalla épica que determinará tanto el destino de las dos especies como el futuro del planeta.
A estas alturas de la saga, muchos pensamos que el reboot simiesco no solo es mejor que la cinta de Burton sino también, en conjunto, que el original de Charlton Heston y sus infames secuelas.
Como colofón a las desventuras de César (otra excelente actuación la de Andy Serkis, que debería reabrir el debate de un posible Oscar a la categoría de personaje virtual), Matt Reeves arma su propia versión de ‘Apocalypse Now’, donde la verdadera Guerra se libra en el interior de sus protagonistas.
El atormentado César, consumido por los acontecimientos y la culpa, y El Coronel (Woody Harrelson, que hace de todo y siempre bien), fraguado en el rencor y la venganza, ilustran las secuelas del cambio, el conflicto, la pérdida absoluta de los pilares sobre los cuales sustentamos nuestra Humanidad.
En una curiosa y agradecida vuelta de tuerca, la Guerra evoluciona al Simio e involuciona al Humano, que ve la batalla perdida al enfrentarse a su peor e imbatible enemigo: el mismo.
Pese al complejo y emotivo viaje introspectivo que convierten la cinta en una rara avis dentro del género, no faltan épica y acción a raudales , ensalzadas por el impecable acabado técnico (merecedor de sendas nominaciones en los próximos Oscar), la excelente banda sonora del maestro Michael Giacchino y, orquestando la sinfonía, Matt Reeves, que filma la película como si estuviera en los productivos años 70, mimando cada plano para entregarnos lo mejor.
Estamos ante el Blockbuster del verano, la mejor entrega de la Trilogía y un broche de oro que todo cinéfilo debe disfrutar en la gran pantalla, donde el fondo les invite a reflexionar… y la forma les deje alucinados.
Vayan donde vayan los Simios a partir de ahora, si siguen el camino marcado por Wyatt, Serkis y Reeves… ¡les seguiremos!.
Lo mejor: es mucho más que un espectáculo palomitero.
Lo peor: algunas cosas pasan porque sí.