Después de sufrir una tragedia familiar, Mack Phillips cae en una profunda depresión que le lleva a cuestionar todas sus creencias. Sumido en una crisis de fe, recibe una enigmática carta donde un misterioso personaje le cita en una cabaña abandonada en lo más profundo de los bosques de Oregón. A pesar de sus dudas, Mack viaja a la cabaña, donde se encontrará con alguien inesperado. Este encuentro conducirá a Mack a enfrentarse a importantes verdades, que no solo transformarán su comprensión de la tragedia, sino que harán que su vida cambie para siempre.
Basada en la novela escrita por William P. Young, ‘La cabaña’ es una particular manera de contar una muy particular experiencia religiosa. A medio camino entre ‘Cuento de invierno’ y ‘The lovely bones’, posee tal vez demasiados ingredientes como para mezclarlos todos juntos y que el resultado sea lo suficientemente clarificador. Pero aún así, nos deja el agradable regusto de haber visto una película más que correcta.
Está narrada de manera omnisciente y en primera persona por el mejor amigo del protagonista Sam Worthington (‘Avatar’, ‘Termination: Salvation’, ‘Furia de titanes’), quien tras sufrir el dolor de la tragedia en su propia familia, se ve separado de sus creencias religiosas.
Gracias a los flashbacks, descubrimos un personaje maltratado en su niñez que se redime por medio de su fe en la religión. Entre el onirismo y la realidad, entre intriga y fantasía, pasa el mejor fin de semana con Dios en la cabaña donde afrontar definitivamente las peores pesadillas de su vida.
Además de una buena actuación representando al protagonista y cabeza de familia, cabe destacar una excelente interpretación por parte de Octavia Spencer (‘Figuras ocultas’, ‘Criadas y señoras’, ‘Un don excepcional’), en un rol un tanto chocante pero más que justificado.
Stuart Hazeldine, su director, recrea con ciertos toques de suspense buenos momentos que nos hacen reflexionar sobre la crueldad, el dolor, el sufrimiento por la incomprensión de los males que nos acechan, llegando a echar en cara a Dios su falta de bondad por no evitar la crueldad cotidiana.
La esperanza de esa «gran tristeza que se presentó sin avisar», en este drama fantástico, renace de la confianza y del perdón, pero con matices divinos. Ya que deja muy claro que la bondad del creador reside en dar la voluntad a ser humano, y por medio de nuestras acciones podemos transmitir el dolor al prójimo. Y el dolor roba la felicidad.
Parafraseando uno de sus diálogos, ‘La cabaña’ es bastante «diferente a todos los conceptos religiosos que nos enseñaron», pero con un mensaje preciosista que nos permita enterrar el dolor de las lágrimas.
Bonita película. Triste, pero esperanzadora.
Lo mejor: el mensaje que subyace sobre no juzgar lo que no se conoce.
Lo peor: que la historia pueda estar supeditada a las experiencias o ausencias religiosas del espectador, sesgando el mensaje de esperanza que persigue transmitir.
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