Thor está preso al otro lado del universo sin su poderoso martillo y se enfrenta a una carrera contra el tiempo. Su objetivo es volver a Asgard y parar el Ragnarok porque significaría la destrucción de su planeta natal y el fin de la civilización Asgardiana a manos de una todopoderosa y nueva amenaza, la implacable Hela. Pero, primero deberá sobrevivir a una competición letal de gladiadores que lo enfrentará a su aliado y compañero en los Vengadores, ¡el Increíble Hulk!.
Para la mayor parte del público Marvelita, y el espectador medio de multisala, las dos primeras adaptaciones de Thor a la gran pantalla (‘Thor’ y ‘Thor: el mundo oscuro’), resultaron muy poco estimulantes.
La primera, dirigida por el gran Kenneth Brannagh, nos trajo a un Dios del Trueno Shakesperiano, todo pompa y circunstancia.
Para quien esto escribe está (pese al debate que siempre suscita cuando lo digo) entre las mejores películas de La Casa de las Ideas. La secuela, dirigida por el televisivo Alan Taylor, no aportó nada a la franquicia, ni ayudó en lo más mínimo a la recuperación carismática del presumido héroe que, desde entonces, necesitaba una historia redentora que reflotara su marca.
Por suerte, Marvel tiene las cosas muy claras y una varita mágica que, cuando menos lo esperamos, da una nueva vuelta de tuerca en su universo cinematográfico, demostrando que hay mil maneras de contar una historia, y engrandecer para el Séptimo Arte el amplísimo acervo de su cantera comiquera.
‘Thor: Ragnarok’, no es solo la película más divertida, paródica y llevadera del Dios del Trueno, sino que supone la primera gran Comedia de acción del Asgardiano, reconvertido aquí en un sufrido Guardián de la Galaxia junto a otro Vengador que necesitaba un urgente lavado de cara: el increíble Hulk.
El delirante sentido del humor del director Taika Waititi (responsable de la desternillante ‘Lo que hacemos en las sombras’) está presente en cada escena de Ragnarok, donde exprime al máximo la vis cómica de Chris Hemsworth (Thor), Tom Hiddleston (Loki), Mark Ruffalo (Bruce Banner/Hulk), el cameo de Benedict Cumberbatch (Doctor Extraño) y el villano de la función, Jeff Goldblum, sin tomarse, con acierto, demasiado en serio a sí misma.
La montaña rusa de diversión sin paradas se beneficia, además, de las imaginativas y contundentes escenas de acción (a ritmo del Inmigrant Song), la excelente banda sonora vintage de Mark Mothersbaugh, el colorido despliegue fotográfico de la mano de Javier Aguirresarobe (que abandona por fin la oscura paleta de colores de la fotografía Marvelita) y, cómo no, la presencia de Cate Blanchett en la piel de la villana Hela.
Tener a la Blanchett en el cartel hace grande cualquier película, y su Hela es poderosa, inteligente, seductora, psicópata, divertida, carismática, exuberante… una contrincante por encima del mismísimo Thor, su hermanastro trilero y (casi) todo el que se le ponga por delante.
‘Thor: Ragnarok’, no ocupa el podio de las mejores películas del MCU pero, sin duda, afianza a Thor y a Hulk (a Loki, el robaplanos, no le hace falta) como dos héroes carismáticos que, en las manos adecuadas, sostienen y hacen valer sus propias franquicias, sin despeinarse.
A falta de Groot y compañía, Thor nos chuta una generosa dosis de Asguardianes de la Galaxia a golpe de ironía, autoparodia y cachondeo cósmico.
Como lo próximo que veremos será a Los Vengadores contra Thanos ¡cómo se disfruta este ligero viajecito a Sakaar de Thor… y su amigo del trabajo!.
Lo mejor: te lo pasas en grande.
Lo peor: no ver más pelis de superhéroes como ésta.