Dug, cavernícola, y Cerdog, jaba…perro, son los protagonistas de esta nueva aventura de Aardman en la que dos civilizaciones, la de la Edad de Piedra y la de Bronce, compiten por hacerse hueco en la historia. ¿Cómo? De la mejor forma que sus ancestros les enseñaron: con «el juego sagrado». ¡Un partido llamado a ser el más épico de la historia! En juego no hay una copa, sino la supervivencia de la tribu de Dug, que ve en peligro su hogar ante la llegada del malvado y moderno villano de la Edad de Bronce, Lord Nooth.
La declaración de intenciones desde sus imágenes iniciales no puede ser más loable. Fotogramas sucios, picados y un tanto descoloridos para introducir esta particular visión, que no histórica, sobre cómo pudo ser la transición entre el hombre de piedra y el de bronce, además de presenciar la “auténtica” extinción de los dinosaurios a causa de un meteorito un tanto singular y esférico. Una divertida forma de explicar el furor futbolístico tirando de un fondo de archivo bastante imaginativo.
Parece insólito que hayan pasado casi cinco décadas desde que Peter Lord y David Sproxton fundaran la compañía de animación Aardman. Y algo más de tres desde la incorporación al estudio por parte de Nick Park. Famosos cortos y videoclips de temas de Peter Gabriel, de Nina Simone o de Robert Parker, popularizaron en los 80 el peculiar estilo tan característico del sello. En la actualidad dos compañías sobreviven en el género del “stop-motion” (animación con muñecos en movimiento filmados foto a foto), con maestría: una es la propia Aardman y la otra es Laika. Ambas con sus directores completamente entregados y vinculados a estos estudios; sería impensable imaginarlos en otras ligas profesionales.
Nick Park se responsabilizó de numerosos cortos de Wallace & Gromit hasta su primer largometraje ‘Chicken Run: Evasión en la granja’, junto a Peter Lord. Hizo saltar a sus personajes detectivescos estrella a la gran pantalla con ‘Wallace & Gromit: La maldición de las verduras’, codirigida con Steve Box. Y está muy vinculado a la producción y a los personajes de la oveja Shaun.
‘Cavernícola’ es la tercera película (la primera en solitario), dirigida por Nick Park, sobre una idea también suya. ‘Chicken Run’ era a ‘La gran evasión’ de John Sturges lo que ‘Cavernícola’ es, con ciertas licencias y en versión plastilina, a ‘Evasión o victoria’ de John Huston.
Desde su comienzo épico, describiendo la extinción de los dinosaurios, utiliza la ironía británica para situar en Manchester el origen del fútbol. Y claro, para que haya suficiente rivalidad y la propuesta sea un tanto más universal, los dos competidores son prehistóricos de la Edad de Piedra frente a la “tecnológica” Edad de Bronce.
‘Cavernícola’ es una propuesta inteligente, amena, divertida y tremendamente real. Hasta el punto de denunciar la codicia excesiva del negocio del fútbol o proponer incluso la integración de las jugadoras como defensa de la igualdad. Del mismo modo que su referente, encontramos a los cavernícolas sometidos en campos de concentración por una sociedad supuestamente más avanzada, que no duda en expulsar, aniquilar y expoliar todo cuanto por derecho cree ser suyo.
Se trata de una película de animación tan artesanal y cuidada que se puede apreciar en su versión original la perfecta sincronización de la vocalización en los labios de los personajes con la voz del actor que les da vida. En original Eddie Redmayne, Tom Hiddleston y Maisie Williams; en castellano Hugo Silva, Mario Vaquerizo y Chenoa.
Las huellas dactilares marcadas en la superficie de los personajes y el uso de imágenes generadas por ordenador (CGI) perfectamente sincronizadas con el resto de la película, confieren a sus creadores el título de maestros artesanos de este tipo de animación, una vez más.
‘Cavernícola’ es un título a disfrutar por todos los miembros de la familia, y si gusta el fútbol, con mayor motivo.
Lo mejor: el tremendo esfuerzo que supone realizar una película de estas características tan artesanales. Sin olvidar momentos como el de la paloma mensajera o la moviola de marionetas.
Lo peor: que se hace muy corta y que focaliza demasiado en el fútbol pasando muy por encima de otras magníficas posibilidades que pudiera ofrecer el ambiente contextual. Y se echan de menos los personajes mascotas más inteligentes que los humanos.
Comentarios
Post relacionados
