Lara Croft, la independiente hija de un excéntrico aventurero que desapareció cuando ella era apenas una adolescente, se ha convertido en una joven de 21 años sin ningún propósito en la vida. Se abre paso por las caóticas calles del East London, el barrio de moda, como mensajera en bicicleta, un trabajo que apenas le da para pagar el alquiler. Decidida a forjar su propio camino, se niega a tomar las riendas del imperio empresarial de su padre, con la misma firmeza que se niega a reconocer que él se ha ido para siempre. Un día Lara decide dejar atrás todo e ir en busca del último paradero conocido de su padre: una legendaria tumba en una isla mítica que podría estar en algún lugar de la costa de Japón…
En 2013 Square Enix volvió a la carga con ‘Tomb Raider’, el regreso videojueguil de Lara Croft que supuso una renovación total del personaje para los nuevos tiempos, mirando al pasado de Lara y el arduo camino que la convirtió en leyenda.
Con acierto, el reboot para la gran pantalla se basa casi en su totalidad en este juego, explotando las virtudes interpretativas de la oscarizada Alicia Vikander, envuelta en una trepidante aventura de orígenes con alma y corazón.
La actriz eleva el listón, dueña y señora de la función, aportando matices, sentimiento y humanidad a la incipiente heroína (sobre todo, una hija que busca desesperadamente a su padre), llegando con su profunda mirada, sobrados registros y una excepcional preparación física donde el justito libreto no llega. Durante la introspectiva primera mitad, Vikander brilla y nos cautiva, consiguiendo que nos importe el destino de la joven lady Croft.
La segunda mitad, más convencional, despliega la artillería obligada de todo blockbuster, calcando pantallas del videojuego en esta isla inhóspita y salvaje, con homenajes a Indiana Jones, guiños a la mitología de Croft y pirotecnia in crescendo hasta el atronador desenlace.
Los secundarios (salvo el siempre resultón y poco aprovechado Walton Goggins, y un Dominic West al que te crees haga lo que haga) solo son medios para el crecimiento de la cazatesoros.
Puede que no esté a la altura de otras empoderadoras historias recientes como ‘Wonder Woman’, pero igual que ésta contó con el imprescindible protagonismo de Gal Gadot, aquí hay Vikander para aplaudir un buen rato.
Como una de acción, cumple con las expectativas actuales.
Como película basada en videojuego (un terreno movedizo donde, por cada una de cal, nos dan varias de arena), está muy por encima de la media.
Lo mejor: Alicia Vikander.
Lo peor: la previsible segunda mitad.