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‘Fireworks’, ¿y si…?

Un día de verano, en la costa, que se repite una y otra vez… Después de que se celebre el festival de fuegos artificiales, Nazuna Oikawa se trasladará a otro instituto como consecuencia del nuevo matrimonio de su madre. Nazuna trata de convencer a Norimichi Shimada para que se escape de la ciudad con ella, sin embargo él se convierte en un simple observador y no la ayuda. Agobiado por el pensamiento de que debería haber actuado de forma diferente, Norimichi lanza una misteriosa bola al mar y regresa milagrosamente al momento en que Nazuna le hizo la propuesta. ¿Qué destino les aguarda a Norimichi y a Nazuna al final de un día que se repite una y otra vez? Cuando los fuegos artificiales alcancen el cielo, ocurrirá un milagro…

Una de las principales preocupaciones sociales en el Japón actual reside en la falta de conexión entre los jóvenes. En ocasiones por estar más preocupados por el mundo de los videojuegos o tal vez por disfrazarse de manera más que cotidiana de su personaje manga preferido. El hecho de tener pareja en el mundo real viene a ser un problema económico para muchos bolsillos, quita tiempo a las otras numerosas aficiones, o simplemente es motivo suficiente de agobio y estrés. Por ello cada vez proliferan más las parejas virtuales.

‘Fireworks’ se traslada a un entorno más rural, menos masificado, donde sus jóvenes protagonistas todavía tienen que asistir al instituto a pesar de ser periodo estival. Norimichi tiene su pandilla de amigos con los que se divierte llevando la típica vida de adolescente, aunque algo más reservado cuando está en soledad.

Por el contrario, el personaje de Nazuna es más decidida, estable y fuerte, acostumbrada al ajetreo emocional causado por los cambios de pareja de la madre. Es menos social y más independiente.

Akiyuki Shimbo y Nobuyuki Takeuchi son los responsables de ‘Fireworks’. Se inspiraron en el argumento de la película televisiva de Shunji Iwai ‘¿Miramos el castillo de fuegos desde abajo o de lado?’ (1993), con actores reales. Para la versión animada los personajes se hicieron algo mayores y más sensuales. Los femeninos se diseñaron con gran carácter y fortaleza frente a los vaivenes inestables de los masculinos. En el caso de los chicos, destaca una timidez excesiva y una cierta carencia de experiencia en los juegos de seducción adolescentes, como fiel retrato social.

‘Fireworks’ es una bonita historia de magia y de juegos caprichosos con el tiempo. Tiene la estructura de un videojuego: te vas equivocando y lanzas la bola tantas veces hasta que te acerques a lograr el objetivo que te propones. Pero para ello has de tener un propósito claro, maduro y sensato. La vida no da tantas oportunidades como para jugársela una y otra vez de nuevo al “¿y si…?”.

Derrocha bellas y magníficas imágenes, incorporando un magnífico diseño de los escenarios en 3D en la película de personajes de dos dimensiones. Contiene referencias al manga “One Piece”, reminiscencias al tren de ‘El viaje de Chihiro’, e incluso iconografía que pueda recordar a grandes clásicos como ‘La tumba de las luciérnagas’ y ‘La Sirenita’. Es espectacular el despliegue de casi infinitas imágenes posibles contenidas en los añicos del gigantesco fuego artificial y millones de oportunidades para aprovechar.

Nuevamente es de agradecer que este tipo de animación se pueda disfrutar en pantalla grande, como en su momento ha sucedido con magníficos ejemplos entre los que destacan ‘Your Name’, ‘A silent voice’ o ‘Mazinger Z Infinity’

Lo mejor: la frescura de su animación, el diseño de sus personajes, y todo el ambiente que desprende la película.

Lo peor: que tanta magia y viajes temporales en el mismo día diluya considerablemente su argumento.

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