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‘Missión: Imposible – Fallout’, imposible… pero cierto, inmejorable

En ocasiones, hasta las mejores intenciones pueden volverse contra nosotros. En ‘Misión: Imposible – Fallout’ nos encontramos a Ethan Hunt (Tom Cruise) y su equipo en el FMI (Alec Baldwin, Simon Pegg, Ving Rhames), junto con algunos aliados ya conocidos (Rebecca Ferguson, Michelle Monaghan) en una carrera contrarreloj después de una misión fallida. Henry Cavill, Angela Bassett y Vanessa Kirby también se unen al dinámico reparto, mientras que el director Christopher McQuarrie vuelve a ponerse al timón.

El año 1966 fue un año televisivo para las dos grandes y exitosas series convertidas con posterioridad en películas cinematográficas con enorme repercusión en el tiempo. Por un lado, inmersos en la carrera espacial, Gene Roddenberry creaba una saga de ciencia ficción sobre viajes intergalácticos y descubrimientos de nuevas civilizaciones a bordo de la espectacular nave espacial Enterprise con ‘Star Trek’. Por otro, Bruce Geller, con los pies más en la Tierra y en plena efervescencia de la Guerra Fría, daba cancha con su equipo de agentes de ‘Misión Imposible’ al apasionante mundo de los secretos de estado y del espionaje, claramente influenciado por la obra de Ian Fleming pero con el leitmotiv de un protagonista coral.en vez de centrarse en un personaje principal.

Sobra decir las repercusiones e influencias que ambas series han tenido a lo largo del tiempo en el mundo del entretenimiento, tanto desde el punto de visto televisivo como cinematográfico.

En el caso de ‘Mission: Impossible’ hubo que esperar 20 años para que David Koepp escribiera esta nueva historia y Brian de Palma la transformara en éxito para la gran pantalla. Y desde entonces el nexo común y principal sustento de la serie cinematográfica es su protagonista Ethan Hunt, interpretado con inequívoco fervor por su también productor Tom Cruise. Además de su archiconocido tema principal compuesto por Lalo Schifrin.

En esta sexta entrega, ‘Missión: Imposible – Fallout’, continúa la línea argumental de la anterior película “Nación secreta”, al igual que sucediera con los últimos capítulos del agente doble cero. Una brillante idea a la que se suma un concepto de guion que pretende englobar la totalidad de la saga, al menos directamente las cuatro últimas secuelas.

La destrucción nuclear y la amenaza que proponen los villanos pretende desestabilizar el mundo mediante ataques a objetivos religiosos, bajo el lema de “cuanto mayor es el sufrimiento mayor es la paz”. A partir de ahí, la nueva misión para el equipo del FMI (Fuerza Misión Imposible), si decide aceptarla, consistirá en neutralizar y desactivar la amenaza terrorista, desde Berlín, París, Londres… hasta Cachemira. Las fricciones entre los cuerpos de la CIA y del FMI seguirán latentes, como pendientes de un fino hilo de la burocracia secreta americana. Una auténtica odisea homérica como pronostica desde su inicio el primer mensaje autodestruible, sobre lo que ha de suceder en las casi dos horas y media de metraje y sobre lo que ha supuesto hasta el momento esta saga que ha ido de mejor a más.

Tom Cruise parece tener mecha incombustible para abordar el papel de agente secreto. Está en su salsa y provoca escalofríos no sólo por el resultado de la acción trepidante sino por ser él mismo quien realiza las peligrosas secuencias. Su interpretación es minuciosa, precisa e increíblemente efectiva, como si de un bisturí se tratase. A su lado, el martillo, representado por la incorporación de un magnífico Henry Cavill, en su mejor registro sin capa, que proporciona momentos de fino humor, elegancia, tensión, y fuerza bruta. Ambos protagonistas entregan grandes dosis de increíble acción. La tercera baza reside en la belleza, inteligencia y efectividad de Rebecca Ferguson, que repite ambigüedad con su papel, y da réplica sin pestañear a los dos anteriores.

Simon Pegg, ahora plenamente integrado como agente de campo, es más oportuno, dinámico y efectivo a la par que cómico junto con la presencia de Ving Rhames (al igual que Cruise, son los dos únicos actores que aparecen en todas la entregas cinematográficas).

‘Missión: Imposible – Fallout’ está dirigida por Christopher McQuarrie, responsable del anterior capítulo y tándem perfecto junto a Tom Cruise para haber desarrollado esta impresionante entrega llena de fino humor, suspense, elegancia y delicadeza, pero sobre todo desbordante e increíble tensión imposible con varios frentes paralelos de acción que clavan al espectador todavía más en su butaca. Es frenética como ella sola, y aunque el propio argumento pueda quedar eclipsado por su impresionante riqueza visual, te atrapa irremediablemente con una acción inmejorable.

También es más madura. La sintonía original se ha modificado ligeramente para desarrollar cierta melodía hacia el drama, con la banda sonora a cargo de Lorne Balfe. Y aunque ‘Missión: Imposible – Fallout’ no llegue a desarrollar conceptos cuasi-filosóficos como lo pudiera hacer en su momento ‘El caballero oscuro’ de Nolan, a quien estas palabras escribe sí transmite sensaciones parecidas, disfrutando como hacía mucho, mucho tiempo sentado en una sala de cine. Es, dicho en una sola palabra, espectacular.

Lo mejor: todo… desde el primer segundo hasta el final. La química de todos los personajes y pero sobre todo el dúo Cruise-Cavill. Y que sigan funcionando las máscaras.

Lo peor: que la productora habla de ella como el colofón de “Misión Imposible”, y aunque por un lado queda en lo más alto, por otro se podría intuir que de seguir la progresión una nueva entrega sería todavía más… Pero parece imposible que se pueda superar.

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