Esta vez en la secuela Robert McCall garantiza una justicia inquebrantable para los explotados y oprimidos, pero ¿cuánto de lejos llegará cuando se trate de alguien a quien ama?.
Para muchos, la calidad de una película depende, en gran medida, de su género. Así, el cine histórico, bélico, biopics de turno o un buen dramón atraen normalmente a la crítica, que suelen mirarlas con elogios anticipados.
Para quien esto escribe, una buena película depende de que absolutamente todos los factores implicados (libreto, producción, reparto, dirección, banda sonora…), funcionen al unísono, independientemente del género del que se trate, pues cada uno transita por terrenos diferentes, y no siempre con los mismos objetivos.
‘The Equalizer 2’ es un gran thriller. De acción.
No solo supera a la primera en todos sus frentes, sino que el dúo de Denzel Washington y Antoine Fuqua demuestran, una vez más, que la veteranía es un grado a tener muy en cuenta. El director de ‘Training Day’ y el oscarizado actor que siempre está en su sitio, aportan respectivamente una estética preciosista y muy cuidada, y una interpretación sin fisuras que dice mucho más cuando calla, o hablan sus implacables acciones.
Además del magnífico despliegue violento (que no es poco, pese a que se toma su tiempo en explotar hasta el atronador final, en todos los sentidos), Fuqua se cuida mucho de armar un protagonista con matices; McCall es un reaccionario que no da su brazo a torcer e impone la decencia a sangre y fuego, dentro de una Sociedad cínica y rota, que relativiza todo lo humano (e inhumano) que encuentra por delante.
Queda para el espectador el juzgar a los ‘buenos’ y ‘malos’ de la función, pues sus motivaciones son transparentes a la hora de impartir sus respectivas ‘justicias’.
Tan sencillo (o no), como discernir en qué momento el fin justifica los medios.
Mientras tanto, disfruten de algo más que una imponente sesión de tiros, desmembramientos y violencia.
Lo mejor: intenta aportar algo más. Y casi siempre lo consigue.
Lo peor: a los oponentes de McCall les falta un hervor más de caracterización.