El reportero Eddie Brock se convierte en el anfitrión del simbionte alienígena conocido como Venom. Como periodista, Eddie lleva tiempo intentando desenmascarar al creador de la Fundación Vida, el famoso genio científico Carlton Drake, una obsesión que ha arruinado su carrera y la relación con su novia, Anne. Al investigar uno de los experimentos de Drake, el ente alienígena Venom se fusiona con el cuerpo de Eddie, y el reportero adquiere de pronto nuevos e increíbles superpoderes, así como la oportunidad de hacer prácticamente lo que se le antoje. Retorcido, oscuro, impredecible e impulsado por la cólera, Venom obliga a Eddie a luchar por controlar unas habilidades sumamente peligrosas que, al mismo tiempo, también resultan embriagadoras y le hacen sentir poderoso. Dado que Eddie y Venom se necesitan mutuamente para conseguir lo que quieren, se van entremezclando cada vez más… ¿Dónde acaba Eddie y empieza Venom?
Como bien indica la propia sinopsis oficial, Venom es un personaje bastante conocido, tanto en las viñetas como en cine, principalmente por estar a la sombra del asombroso Hombre-Araña. Aparece por vez primera en el capítulo 8 la tira de Marvel titulada “Secrets Wars”, con forma de extraña materia alienígena que se instala en Spider-Man en forma de nuevo traje, confiriéndole mayor fuerza y desarrollo de sus poderes. Hasta que la personalidad de Peter Parker se enrarece y es necesario desalojar al patógeno. Entonces es cuando el simbionte se instala en el cuerpo de Eddie Brock para alzarse como uno de los grandes villanos del arácnido neoyorquino.
Desde su primera aparición a mediados de los 80 hasta la actualidad, se ha ido modificando su hilo argumental por exigencia en las ventas, incluso pasando por tener su propia cabecera en la denominada Casa de las Ideas, que es la editorial Marvel.
Este ‘Venom’, la película de Ruben Fleischer (‘Gangster Squad, Brigada de élite’, ‘Bienvenidos a Zombieland’), intenta recuperar la esencia del personaje en solitario. Se desprende de cualquier referencia de la desafortunada tercera entrega de Sam Raimi, y evidentemente tiene que prescindir del mismo Spider-Man.
En una época marcada por grandes alianzas de superhéroes, o de apertura al público adulto con el gran éxito de antihéroes como ‘Deadpool’, Logan’, ‘Mad Max: Furia en la carretera’ e incluso los ‘Kingsman’, hubiera sido deseable continuar más por esta segunda alternativa. El resultado es el de una película correcta, bien hecha, pero que posiblemente deje la misma huella que la antecesora ‘El increíble Hulk’, ya que se ha ceñido a un guión más blando de lo que cabía esperar para este personaje.
Tom Hardy (‘Dunkerque’, ‘El renacido’, ‘El caballero oscuro: La leyenda renace’) no decepciona. Además de estar vinculado en la producción ejecutiva, asume ambos papeles, el de Eddie Brock y Venom, con la agilidad y brillantez a la que nos tiene acostumbrados. Por un lado, presenta la dualidad entre el reportero íntegro, fiel a sus principios que es capaz de tirar su vida por la ventana en pos de la verdad, con infinidad de matices que van desde la ternura hasta el tormento, pasando por el desapego emocional de cuanto le rodea. Y, por otro, utiliza su voz con maestría para dar vida al engendro digital con bastante acierto. Pero a pesar de ello no transmite el carisma que debiera, por culpa tal vez, de un guión bastante conservador, que rehuye de un humor más cínico con el que forjar a un futuro villano. Venom es más como la voz de la conciencia, un Pepito Grillo más salvaje y radical.
Michelle Williams (‘El gran showman’, ‘Todo el dinero del mundo’, ‘Blue Valantine’), interpreta con corrección a Anne Weying, pareja de Eddie y joven abogada supeditada a las desventuras del reportero.
Y para completar el trío, Riz Ahmed, es el poderoso Carlton Drake, propietario de la Fundación Vida. Un científico sin escrúpulos que experimenta con humanos jugando a ser un Dios bíblico.
Por lo demás, como era de esperar, grandes efectos especiales, acción, persecuciones, peleas, ciertos toques de buen suspense, tensión y humor, prescindiendo casi al completo del terror que pudiera ofrecer semejante bicho con esos dientes tan afilados. Lástima que, o por problemas con el sello de la compañía o por necesidad argumental del guion, no enlazara con aquella ‘Life’, de Daniel Espinosa, como preámbulo de ‘Venom’, donde se contaba una historia similar de otro simbionte y sus aventuras espaciales a fin de hacerse un hogar en La Tierra.
Lo mejor: Tom Hardy, sin lugar a dudas.
Lo peor: que con unas expectativas muy altas y la dura competencia para hacerse un hueco en el mercado universal de superhéroes, pueda quedar un tanto relegada.