A falta de escasas horas para el lanzamiento del Día-D, un grupo de paracaidistas estadounidenses salta en la Francia ocupada por los Nazis para llevar a cabo una misión que es esencial para el éxito de la invasión. Con la misión de destruir un radio transmisor instalado en lo alto de una iglesia fortificada, los desesperados soldados unen sus fuerzas con un joven lugareño francés para introducirse tras la muralla y derribar la torre. Sin embargo, en un misterioso laboratorio nazi instalado junto a la iglesia, los soldados americanos, superados en número por sus adversarios, habrán de enfrentarse a un enemigo como no se ha visto otro en la historia de la humanidad.
Ha pasado más de una década desde que Tarantino y Robert Rodríguez rescatasen ese cine de terror nostálgico con aromas de serie B, en el que la vorágine de los acontecimientos sangrientos no tiene una explicación demasiado consistente en el hilo argumental. Los chorros de sangre, el maquillaje hiperrealista desmesurado y los efectos especiales para mutilar por doquier, han quedado un tanto relegados del catálogo de películas como ‘Death Proof’ o ‘Planet terror’. Pero ahí sigue estando su público, deseoso de volver a disfrutarlo en la sala grande.
El ‘Overlord’ del australiano Julius Avery (‘Son of a gun’), basado en la historia y guion de Billy Ray (‘Capitán Phillips’, ‘Los juegos del hambre’, ‘La sombra del poder’), y Mark L. Smith (‘El renacido’), vuelve a recuperar esa esencia. Apadrinada por J.J Abrams y Lindsey Weber, destila calidad y denota ausencia de bajo presupuesto a la hora de producir esta película dirigida al público adulto con pocos problemas estomacales para este tipo de cine.
‘Overlord’ es tres películas en una. Un tramo de película bélica en el que el público acompaña a una compañía en una misión casi suicida, con todo lujo de detalles y espléndidamente rodada. Una película de suspense, un halo de intriga, y la intuición de que ahí pasa algo más de lo que se cuenta, y donde los personajes todavía no han aterrizado en el lugar más propicio. Y por último el terror y la muerte cogidos de la mano, en medio de ráfagas de tiros y explosiones que afectan como si de picaduras de mosquito se tratasen. Todo ello en el escenario de la Francia de la Segunda Guerra Mundial, rodeada de nazis ansiosos por crear al súper-soldado, en una línea muy, pero que muy lejana de la padecida por Steve Rogers.
El reparto de ‘Ovelord’ supera con creces las duras pruebas interpretativas de una película como es esta, Jovan Adepo, Wyatt Russell, Pilou Asbæk, Mathilde Ollivier, John Magaro, Ian De Caestecker y Dominic Applewhite, entre otros.
‘Ovelord’ tiene una esmerada atención por la puesta en escena, por unos muy logrados efectos especiales y sobre todo un magnífico maquillaje y vestuario, que harán las delicias de quienes disfrutan del género de los muertos vivientes, sobre todo una vez pasadas esas fechas recurrentes de Halloween.
Una excelente opción para disfrutar de tres géneros, el bélico, el de suspense y el de terror, en una sola película por el mismo precio.
Lo mejor: la trepidante parte bélica de la película, que te retiene inmóvil en el respaldo de la butaca.
Lo peor: el sinsentido argumental de este tipo de películas.