Trepando ágilmente entre árboles en busca de muérdago, el druida Panoramix sufre una caída que le hace reflexionar… Se ha roto una pierna, ¡pero podría haber sido peor! ¿Quién se encargaría de preparar la tan vital poción mágica que da fuerza sobrehumana a quien la prueba si él no pudiera hacerlo? Con Astérix y Obélix a su lado, emprenderá una búsqueda por toda Galia para encontrar un druida digno de conocer el secreto de la receta de la poción mágica, y asegurar así el futuro de su aldea.
Hablar de personajes europeos del mundo de la viñetas es principalmente hablar de Tintín y de Astérix. En el caso de los irreductibles galos han sido numerosas las adaptaciones cinematográficas tanto en el mundo de la animación como con actores reales. Aunque bien es cierto que aquellos que nacieron de la pluma y los colores de sus ilustradores deberían encontrar ahí, en la versión de dibujos animados, su máxima expresión en la gran pantalla.
Astérix y Obélix cumplirán este año 60 años de existencia, 37 álbumes oficiales, unas cuantas películas, su propio parque temático. Han pasado por un relevo generacional en los propios autores de sus viñetas, así como unas cuantas disputas familiares por los réditos generados por René Goscinny y Albert Uderzo.
Una de las mejores maneras de celebrarlo es crear una película original, no salida de los tebeos, pero a la vez íntegramente respetuosa con el legado editorial. Tras ‘Astérix: La residencia de los dioses’, sus directores Alexandre Astier (responsable del guion) y Louis Clichy (animador procedente de Pixar), han dado el protagonismo de ‘Astérix: El secreto de la poción mágica’ al druida Panoramix en esta versión animada por ordenador.
Aun ciñéndose a la biblia de los personajes, la pareja guerrera formada por Astérix y Obélix dan un paso atrás y actúan como secundarios, para dar mayor relevancia argumental a la transmisión del conocimiento científico y a la disquisición de revelar los ingredientes de la poción de fuerza a personal del gremio, a las nuevas generaciones o al malvado de turno para equilibrar las fuerzas.
‘Astérix: El secreto de la poción mágica’ es una película de animación muy esmerada e impecable. Intenta nivelar el protagonismo femenino en una aldea repleta de testosterona con bigotes, mientras busca sucesión entre el saber sagrado y profano. Y en ese periplo ecologista, animalista y educador repleto de misterio y de aventuras, los ingredientes habituales: César y su ambición por el reducto de la aldea gala, las siempre malparadas legiones romanas, y que no falten las fiestas druidas en el bosque de los Carnutos -calco del cómic “Astérix y los godos”-.
En esta nueva versión no falta la autocrítica en la aldea, las peleas constantes y la lucha unida con tesón frente al invasor.
Respecto a la versión doblada en castellano destaca la excelente labor de dirección y de actores pues, aunque este tipo de películas de animación requiere primero la interpretación vocal para luego añadirle la visual, en este caso se han armonizado unas voces perfectas que logran extraer la auténtica personalidad de los personajes. Escrito con conocimiento de causa tras el visionado de ambas opciones.
Aunque por razones poderosas de derechos editoriales no pueda ir mucho más allá y cuente con el absoluto beneplácito de Albert Uderzo y Anne Goscinny, ‘Astérix: El secreto de la poción mágica’ es una excelente propuesta de cine familiar que no defrauda ni a los amantes de las viñetas ni a los de la animación digital. Es divertida, y sabe combinar buenas dosis de suspense y humor aptos para todos los públicos.
Lo mejor: el momento de la profecía bíblica y ese cierto soplo de aire fresco que deambula por esta excelente producción.
Lo peor: el recurso de utilizar los bocetos de animación dibujados para narrar la rivalidad de los druidas.