En el 2563, Alita se despierta en un mundo futuro que no reconoce sin poder recordar quién es, y es acogida por Ido, un compasivo ciber-doctor que se da cuenta de que en algún lugar del núcleo de este cíborg abandonado se encuentran el corazón y el alma de una joven con un pasado extraordinario.
“GUNNM” es el cómic creado por Yukito Kishiro y publicado durante los cinco primeros años de la década de los noventa. Llegó a tener su propio anime para el mercado videográfico y consiguió que sus seguidores la convirtieran en una historia gráfica de culto. Hasta el 2014, Kishiro ha publicado más de una treintena de novelas sobre este mundo futurista, al que James Cameron echó el lazo desde hace ya dos décadas. Una saga que comienza a tomar forma cinematográfica con el estreno de este primer capítulo que lleva el nombre occidental por el que se conoce al manga, ‘Alita: Ángel de combate’.
Fox, tuneando de modo futurista su propio logo por el de 26th Century Fox, parece volver a recuperar la ilusión por las producciones de grandes taquillazos como ya le sucediera con Star Wars. A pesar de que se le fuera de las manos, de que actualmente penda de un hilo la continuación del universo de sus mutantes, o de que no se termine de saber los designios futuros del imperio Disney para la compañía, sí está claro que va a apoyar todo su peso en las futuras continuaciones de sagas como ‘Avatar’ y la presente, la que motiva estos comentarios.
‘Alita: Ángel de combate’ tiene un poco de todo. Visualmente es impresionante y está rodada en un 3D espectacular (justificable experiencia para ‘Avatar’ como precursora, ‘Gravity’ y ‘Mad Max: Furia en la carretera’). Posee una excelente fotografía, asombrosas texturas digitales, y un sonido magnífico. Y toda la película es un efecto especial, no solo sobre la pantalla sino por las sensaciones de acción que sabe transmitir al espectador. Aporta una buena e interesante historia futurista y al disfrutarla deja un regusto de películas, además de las citadas, como ‘WALL·E’, ‘A.I. Inteligencia Artificial’, ‘Speed Racer’, ‘Ghost in the Shell: El alma de la máquina’, ‘Ready Player One’, ‘Blade Runner’, ‘Un amor entre dos mundos’, ‘Kill Bill’, ‘Astro Boy’, ‘Metrópolis’ (cualquiera de las dos opciones)… Mucha tecnología para muchas cosas que ya se han visto antes.
Lo realmente interesante puede ocurrir cuando la evolución del séptimo arte ponga en liza que diferentes interpretaciones digitales y reales puedan coexistir al optar a categorías como mejor actuación.
El personaje principal es Alita, un cíborg creado digitalmente mediante captura en movimiento que interactúa a las mil maravillas con el resto de personajes reales. Rosa Salazar (‘A ciegas’, las dos últimas entregas de ‘El corredor del laberinto’, ‘La serie Divergente: Insurgente’) le da vida -junto a otras nueve especialistas de acción-, interpretando a una adolescente amnésica, que va descubriendo su identidad un mundo futurista de chatarra y recambios, en los que están prohibidas las armas de fuego. Esta versión mezcla de Pinocho 2.0 y Cenicienta 12.1, en un entorno tipo “Final Fantasy”, es sensible, expresiva, realmente encantadora y decisiva. Una magnífica heroína que soporta todo el peso de la película junto a su restaurador y mentor adoptivo, un Christoph Waltz (‘Spectre’, Big Eyes’, ‘Django desencadenado’) soberbio, además de ser un padre modélico y sobreprotector que oculta algunas sorpresas.
Jennifer Connelly (‘La casa de arena y niebla’, ‘Una mente maravillosa’, ‘Requiem por un sueño), Mahershala Ali (‘Green Book’, ‘Figuras ocultas’, ‘Moonlight’), Ed Skrein (‘El blues de Beale Street’, ‘Entre sombras’, ‘Deadpool’), y el televisivo Keean Johnson, componen parte del inmenso reparto en el que no falta un villano casi inexistente y numerosos cameos como los de Edward Norton, Michelle Rodriguez o Sam Worthington.
James Cameron es el principal artífice de ‘Alita: Ángel de combate’, produciendo (junto al inseparable Jon Landau), y escribiendo el guión adaptado de la novela gráfica, mientras prepara las anunciadas secuelas de ‘Avatar’. Y el desigual director Robert Rodriguez (‘Desperado’, entregas de ‘Sin City’ y de ‘Spy Kids’), es quien co-guioniza y firma la que posiblemente sea su mejor película hasta el momento.
Sin lugar a dudas, ‘Alita: Ángel de combate’ es una ineludible experiencia para disfrutar en pantalla grande por su trepidante acción y efectos especiales. Cuenta con un interesante argumento que nos atrapa en la butaca con sus dos horas de proyección, pero queda a la zaga de experiencias innovadoras por no desarrollar suficientemente su contenido.
Una cara de ángel con cuerpo de combate, y un buen apetito para las naranjas y el chocolate. Una apuesta a “todo o nada”, entre juego y cacería, en la que una insignificante chatarra semi-humana puede ser capaz de cambiar el orden del mundo y del universo que conozcamos. La apuesta de la compañía consiste en revitalizar un 3D de capa cada vez más caída ante las eminentes producciones que optan por esta tecnología.
Lo mejor: la armonía entre interpretaciones reales y digitales, unos efectos visuales perfectos y una protagonista de leyenda. Y esa pelea tipo western americano.
Lo peor: que por su densidad y la complejidad de la trama tengamos que esperar para continuar con posteriores entregas, o la cantidad de referencias a las que nos pueda rememorar.