Lee Israel, la biógrafa de famosos superventas (y amante de los gatos) que se ganó la vida en la década de los 70 y 80 realizando las biografías de artistas como Katherine Hepburn, Tallulah Bankhead, Estée Lauder o la periodista Dorothy Kilgallen, ve que ya no le publican sus libros porque no está a la altura del mercado, cambia su método y empieza a realizar falsificaciones instigada por su leal amigo Jack.
Una hoja en blanco, un lienzo o cualquier material en bruto con el que el artista va a comenzar a trabajar, siempre infunde respeto. En la cabeza circulan miles de ideas, pero darles forma para adaptarlas a una realidad con cierto sentido, ya es otro cantar. Los investigadores, estudiosos y biógrafos suelen poner tanto ahínco y pasión en su empeño que logran revivir similares experiencias ficticias y emulan la forma de pensar de los autores que están diseccionando.
Sobre esta base, la directora Marielle Heller (‘Diario de una adolescente’), juega a reflexionar prolongando la vida del artista más allá de su propia identidad en la mente del analista. Y con el guion de Nicole Holfcener y Jeff Whitty, se establece un curioso círculo vicioso describiendo y dando vida ficticia a una escritora usurpadora de identidades pasadas, basándose en hechos reales.
Tras el declive causado por el fracaso editorial de la bibliografía de Estee Lauder en 1985, la película arranca ya en 1991 presentando a una escritora en horas muy bajas, con problemas con el alcohol y con su propio temperamento. Lee Israel no tiene ideas para relatar, lleva una vida despreocupada, y deambula por tiendas de segunda mano vendiendo los pocos libros que le quedan para mojar los billetes pequeños que recupera en vasos de licor. Solo su gato parece aguantar tanta infelicidad en la persona de su dueña.
Melissa McCarthy (‘Espías’, ‘St. Vincent’, ‘La boda de mi mejor amiga’), muy alejada de los papeles de comedia habituales, recurre a un registro dramático con excelente soltura. Logra ser cínica, destructiva y sarcástica, para poder enfatizar mejor el papel agrio que le corresponde al interpretar a una escritora venida muy a menos que descubre por casualidad una nueva manera de ganarse la vida como timadora.
En sus fechorías, encontrará la interesada amistad de Jack Hock, compañero de copas, aventuras y desventuras. Una especie de rata callejera de cautivadores ojos azules capaz de lograr engatusar con sus ademanes a casi cualquiera. Richard E. Grant (‘Logan’, ‘Su mejor historia’, ‘Gosford Park’), aporta la química necesaria para que ambos protagonistas puedan lucir sus muy buenas dotes interpretativas. Ambos logran que el espectador sienta interés por acompañarlos en esta dinámica por usurpar identidades de antiguas celebridades. Dos personajes envejecidos y oxidados que juegan a timar al gremio de coleccionistas empedernidos.
‘¿Podrás perdonarme algún día?’ es el título homónimo con el que la escritora Lee Israel confeccionó sus propias memorias basadas principalmente en los tiempos en los que se dedicó a falsificar y a robar documentos de valor, para sacar tajada de la supina ignorancia del mundo del coleccionismo. Y a su vez constata la increíble falta de verificación que soportan muchos de los documentos que circulan entre sus interesados, carentes de un mínimo de autenticidad.
La paradoja queda servida cuando los conocimientos del personaje a falsificar superan la discrecionalidad, y plasmarlos en un documento falso puede ayudar a que tras la muerte su memoria continúe con nueva vida, hasta el punto de llegar a “ser mejor Dorothy Parker que Dorothy Parker”.
‘¿Podrás perdonarme algún día?’ es una muy interesante propuesta capaz de dejarnos atónitos ante el desparpajo con que alguien pueda falsificar sus propias memorias, o la propia historia en sí llegado el caso.
Lo mejor: las interpretaciones y la conexión entre los dos protagonistas, y por supuesto la carta final
Lo peor: la deshonestidad y las repercusiones que puede acarrear tomar como válidos documentos falsos.