Traumatizada por un inexplicable suceso sin resolver de su pasado e instigada por una serie de extrañas coincidencias, Adelaide se ve inducida a un estado de paranoia y alerta total, cada vez más convencida de que algo malo va a ocurrirle a su familia.
La reflexión social sobre las necesidades de atender a los diferentes grupos raciales que componen una cultura pasa actualmente por la supuesta obligación de presentar una imagen cinematográfica representativa de dicha diversidad. De un tiempo a esta parte, parece que hay que tener más presente rellenar los cupos de género, de raza o, incluso, de religión, que la auténtica calidad de la historia o del producto que se nos cuenta en la pantalla. Hasta el punto de que el sello “especialmente recomendado para la igualdad de…” pueda convertirse en un arma de doble filo. Ni todo es masculino o femenino, ni blanco o negro, para llegar a la meca de la paridad.
Jordan Peele sabe muy bien lo que es la diversidad racial. Este actor y humorista ha conseguido ser punto de atención por la calidad de sus dos primeras películas producidas, escritas y dirigidas por él mismo, y encasilladas en el género de terror. En ‘Déjame salir’, el interés por presentar las reacciones familiares sobre una joven pareja interracial esconde una finalidad más oscura que sobrepasa cualquier confrontación étnica. Y en ‘Nosotros’ toda una familia afroamericana va a enfrentarse al miedo de sus propios reflejos.
Con una curiosa mezcla de humor casi cínico y terror más psicológico que visceral, Peele logra sacar el conejo (y salen muchos pululando por la cinta en sentido literal) de la chistera para hacer magia emocional. Recuerda mucho a la inquietud que producen clásicos del género como ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’, pero consigue trascender del terror para enriquecerlo con pastillas de excelente humor contemporáneo. Y esta combinación provoca una línea argumental que funciona con enorme acierto.
‘Nosotros’ es una historia a la vez sencilla, una familia que ha de enfrentarse a su reverso siniestro para sobrevivir, pero al tiempo es rebuscada por las pinceladas experimentales que describen las circunstancias en las que se crean tales miedos y sus engendros. Jordan Peele no da una visión simplista de lo que supone ser una familia blanca o negra en el gran sueño americano actual, sino que busca el punto de vista de la protagonista y sus circunstancias por encima de implicaciones racistas, compensando una realidad posible como cualquier otra. Es una película de negros que no excluye a blancos, y singularmente disfrutable para públicos de todas la razas, sin sentirse por ello desplazados.
Lupita Nyong’o (‘12 años de esclavitud’, ‘Black Panther’, última trilogía de Star Wars) está realmente soberbia interpretando esta dualidad, la cara y la cruz de su personaje. Ligada al mundo de las sombras disfruta a plena luz del día de la adorable convivencia con su familia. El regreso de los miedos más lejanos, de la pesadilla y del trauma, harán emerger de las profundidades de la tierra los temores radicales que algunos.
Winston Duke, Shahadi Wright Joseph y Evan Alex, representan al despreocupado y cariñoso padre, a la hija adolescente incomprendida y al pequeño indeciso que descubre su mundo, además de la otra versión de sí mismos como los Ligados. Saben aportar cercanía y conexión familiar y se entregan a las bromas e ironías, al terror y al miedo con gran eficacia. Elisabeth Moss, Tim Heidecker y las gemelas Cali y Noelle Sheldon vienen a ser el negativo familiar, el polo opuesto.
La singularidad de su disonante y propicia banda sonora a cargo de Michael Abels (‘Déjame Salir’, ‘Detroit’), contribuye a crear ese clima inestable de coincidencias extrañas. También cabe mencionar que la grandeza de sus efectos visuales se basa en que estos pasen desapercibidos para el espectador, mezclando al personaje y a su antítesis en el mismo plano. No le faltan guiños al Michael Jackson del tema musical “Thriller”, al ‘Tiburón’ de Spielberg, o incluso al suspense del maestro Hitchcock, y otras bromas musicales.
‘Nosotros’ es una fantástica comedia de terror en la que Jordan Peele combina ingredientes clásicos y propios con excelente resultado. Logra rizar el rizo del engaño y además lo consigue airosamente. Es divertida y terrorífica casi a partes iguales, tal vez por la débil separación entre ambas sensaciones. Y sabe acariciar los verdaderos miedos del espectador con independencia de su credo, clase social, sexo o color de la piel.
Lo mejor: que cada minuto de su metraje es pura diversión y suspense.
Lo peor: que el espectador no sepa explicar y completar la parte fantástica abierta con el uso de su propia imaginación.