Kurt es un joven estudiante de arte en la Alemania del Este. Está enamorado de su compañera de clase, Ellie. El padre de ella, el Professor Seeband, un famoso médico, no aprueba la relación de su hija y está decidido a destruirla. Lo que ninguno de ellos sabe es que sus vidas están conectadas por un terrible crimen cometido hace décadas.
A lo largo de la historia del cine, numerosas obras maestras se han encargado de revivir y recordar, para tener siempre muy presente, grandes crímenes de la humanidad, como es el genocidio que supuso la Alemania nazi. En el caso de ‘La sombra del pasado’, la maravillosa sorpresa que esconde es que después de todo este tiempo nos cautive con su peculiar mirada de observar el horror y a la vez mantenga la esperanza.
Florian Henckel von Donnersmarck (‘La vida de los otros’, ‘The Tourist’), produce, escribe y dirige esta bella historia de amor que encierra el drama en cada uno de sus fotogramas. Bajo su atenta mirada describe la infancia del personaje principal, Kurt, y su despertar artístico inmerso en la víspera del dominio nazi alemán, en la guerra y en sus secuelas.
Pero lo hace desde un punto de vista distante y particular, no exento de impacto conmovedor. Sus personajes parecen estar atrapados en un destino rodeado de tragedia. Y a pesar de ello nace y brota la libertad.
Tom Schilling (‘Oh Boy’, ‘La dama de oro’, ‘Suite francesa’) es Kurt, quien descubre su temprana pasión por el arte gracias a los consejos de su tía, -interpretada con precisa delicadeza por Saskia Rosendahl–, para no apartar nunca la mirada de la verdadera belleza. Hasta que la desgracia recae en la joven en forma de esquizofrenia.
Sebastian Koch (‘Sin identidad’, ‘El libro negro’, ‘La vida de los otros’), es el Professor Seeband, ginecólogo al servicio de una raza aria depurada y padre de la futura prometida de Kurt. Es la representación de los ideales nazis llevados a sus últimas consecuencias, bajo la prescripción de “un lápiz, una espada”. Paula Beer (‘En tránsito’, ‘Frantz’, ‘El valle oscuro’), es Ellie, el “faisán dorado”, la hija que sufre las consecuencias de una depravada ideología.
‘La sombra del pasado’ está perfectamente interpretada y sincronizada por su conjunto de actores en un argumento que va más allá de dos décadas aunque haya que tirar de maquillaje para hacerlo sostenible. Pero principalmente habla del arte como expresión de libertad para plasmar los sentimientos que llevamos dentro.
Florian Henckel von Donnersmarck logra un sólido argumento y unas magníficas interpretaciones que desprenden inocencia y hermosura, frente a la inhumanidad y el horror. Y tiene mucho mérito que sus tres horas de duración no lo parezcan degustando sus lecciones de arte.
‘La sombra del pasado’ es una épica historia de amor que te hace fluctuar por la pasión y el drama, por la brutalidad y la esperanza, para dejarte con el regusto de haber disfrutado de una obra excepcional, bien contada, con calma y debida pausa para ser apreciada en su integridad. Es capaz de resonar en nuestra memoria como la belleza de la vida en una nota de piano, o el trance con el claxon de una pequeña coral de autobuses.
Lo mejor: su completísimo guion, su esmerada puesta en escena y la cuidada fotografía, además de las citadas interpretaciones, que hacen de ella una producción extremadamente compleja.
Lo peor: por decir algo, tal vez el maquillaje para suplir el paso del tiempo narrativo.