Hace unos días alguien me comentó que las redes sociales estaban restringiendo, coartando y, en definitiva, matando la libre opinión de las personas en todos los temas.
Entre ellos, el Séptimo Arte.
Lo que antes fueron animadas discusiones al salir de la sala (en grupos reducidos), o el disfrute de opiniones expertas en revistas especializadas, periódicos y programas de radio y televisión (benditos ‘Días de cine’), se ha globalizado, acercándonos cada vez más a lo que hay detrás, delante y a los lados de los sets de rodaje.
Los beneficios para los amantes del Cine son enormes; los problemas, también.
Todos deberíamos estar familiarizados con una palabra: respeto.
Según la RAE, el respeto, en una de sus acepciones, es «Miramiento, consideración». Ej: siento respeto por mi abuelo.
Otro ejemplo: siento respeto por lo que cada uno quiera ver y considere buen o mal cine.
Otro ejemplo: siento respeto (aunque pueda o no compartir ciertas cosas) a todos los géneros del Séptimo Arte, y asumo que en cada película se involucran profesionales que quieren hacerlo lo mejor posible.
Nadie (sea crítico, espectador, periodista etcétera) posee la verdad absoluta.
Esto debería estar escrito con letras indelebles en edificios, camisetas, cajitas de cereales y los cimientos del sistema educativo.
Cada uno de nosotros tenemos nuestros valores, educación, trayectoria etcétera, que han ido construyendo quiénes, y cómo, somos. Y, como los culos, todos tenemos una opinión.
¿Qué es buen Cine? ¿Es ‘mejor’ un drama que una comedia? ; ¿mejor una de acción que un fantástico? ¿Quien tiene el poder para juzgarlo?.
Hay criterios objetivos que pueden establecer, en cierto modo, la calidad de un producto: el guion, la dirección de actores, la puesta en escena, los estándares de producción, la calidad del montaje… Pero ¿una película que no te haya gustado (espectador, crítico, troll o lo que seas), es una mala película?.
¿Por qué?.
¿Porque no ha cubierto tus expectativas?.
¿Porque no es como quieres que sea?.
¿Porque tenías una idea en la cabeza, y fue otra?.
Hace poco vimos el tráiler de ‘Sonic’. Fueron tales las críticas que el director prometió que haría cambios en el personaje. Es decir, el cineasta está dispuesto a sacrificar su visión creativa para contentar.
El reciente episodio VIII de ‘Star Wars’, generó una controversia inusitada, que encendió las redes y polarizó a los fans en extremos. Particularmente, puedo argumentar sosegadamente por qué creo que, pese al riesgo asumido y la indudable intención de renovar, Rian Johnson se metió un gol en propia puerta.
Pero, de ahí a encender una antorcha y quemar a los que opinen lo contrario, hay un trecho que no debemos estar dispuestos a recorrer.
Pues bien, en este y en todos los casos, ninguno tuvo, ni tendrá, toda la razón. Ni a favor, ni en contra.
Todo el Cine, es buen Cine. Y lo es por la sencilla razón de que a cada uno le provoca diferentes emociones.
A algunos les marcó tanto Star Wars/Star Trek/cualquier otra película (porque de eso se trata) que construyeron sus vidas inspirándose, en parte o en todo (si es para bien ¿qué más da?), en ellas.
Tanto las aventuras de los Vengadores, pasando por la comedia más gamberra y llegando a la crudeza de la ‘Lista de Schindler’, requieren de mucho trabajo, implicación y talento.
Respetar y reconocer ese hecho, es el primer paso para construir opiniones que pueden ser divergentes, distintas, contrapuestas, pero no inferiores unas de otras.
Como crítico, como ya he señalado, puedo fijarme en unos u otros aspectos para catalogar una cinta como ‘mejor’ o ‘peor’. Pero sería un completo ignorante si pensara que mi consideración es única, que se eleva a la categoría de fe suprema.
La primera película que recuerdo fue ‘El retorno del Jedi’. La primera que me conmovió fue ‘Star Trek IV’. La primera con la que pensé que el mundo siempre necesitará de gente con valor y dispuesta a dar el paso fue ‘La lista de Schindler’.
Para otros fueron otras. Y está bien, tiene que ser así. Debe ser así, y hay que celebrarlo en lugar de pensar que nuestro culo (y, por ende, nuestra opinión) , son las únicas.
El Cine siempre y en cuanto a lo que provoca en el espectador, es, y será, buen Cine (usad la fórmula, si os apetece, para cualquier otro Arte, porque vale para todos).
Lo diga un crítico o no. Lo diga un troll o no. Lo digas tú saliendo de la sala con tus amigos, o después de verlo cómodamente en casa, o en tu tablet, o en la calle, o donde te salga de las narices.
Si te ha gustado, es buen Cine.
Si has sacado algo positivo, es buen Cine.
Si te ha aleccionado, es buen Cine.
Bastante polarizados estamos ya, como para dejar que cualquiera nos prohiba disfrutar de lo que nos gusta, desde el más absoluto de los respetos.
¡Viva el Cine!.