Cuando el gran detective privado Harry Goodman desaparece misteriosamente; Tim, su hijo de 21 años, debe averiguar qué sucedió. En la investigación lo ayuda el antiguo compañero Pokémon de Harry, el Detective Pikachu: un super detective adorable y ocurrente que se asombra incluso a sí mismo. Tim y Pikachu se dan cuenta que increíblemente pueden comunicarse, y unen fuerzas en una aventura para develar el misterio enmarañado. Mientras buscan pistas en las calles resplandecientes de Ryme City, una vasta metrópolis moderna donde los humanos y los Pokémon comparten un mundo real hiperrealista, encuentran distintos personajes Pokémon y descubren un complot impactante que podría destruir la convivencia pacífica y amenazar a todo el universo Pokémon.
Adaptar una saga de videojuegos nunca es fácil. Lo que funciona pantalla tras pantalla, puede ser un desastre a la hora de llevarlo a la pantalla definitiva: la de la sala de cine.
Así, han desfilado producciones interesantes (‘Mortal Kombat’, ‘Silent Hill’, alguna entrega suelta de ‘Resident Evil’), desafortunadas (‘Street Fighter’, ‘DOA’) e irregulares pese al intento por destacar (‘Super Mario Bros.’, ‘Max Payne’, ‘Tomb Raider’).
En la tercera e irregular variante irrumpe el peluche más famoso de Nintendo, ahora convertido en detective de una Ryme City donde humanos y Pokémon conviven en paz.
‘Pokémon: Detective Pikachu’ es una delicia visual donde cada Pokémon presume de fotorealismo, con especial atención para Pikachu que, animado por el desparpajo y captura de movimiento facial de su insigne doblador Ryan Reynolds, es aquí un detective parlanchín, ocurrente, carismático y adicto a la cafeína.
Hará, sin duda, las delicias de los fans de la saga, que encontrarán multitud de Pokémon en todo su esplendor, adorables, achuchables y bobalicones. La cinta de Rob Letterman (‘Pesadillas’), es lo suficientemente consistente, amable y divertida como para no aburrir durante sus 100 minutos de metraje.
Pero, más allá del fulgor y la vida que disfrutamos en Ryme City, y las bondades del pequeño detective Pikachu, la película visita demasiados lugares comunes, siendo en todo momento predecible y aquejando la ausencia de carisma y complejidad de todos los humanos que se cruzan en la aventura.
Solo la joven y emergente actriz Kathryn Newton es capaz de darle cierto empaque a su personaje, pese al escasísimo dibujo proporcionado por nada menos que cuatro guionistas (Dan Hernandez, Benji Samit el propio Letterman y Derek Connolly), que no consiguen salvar los muebles del resto del elenco (ni siquiera Ken Watanabe, Bill Nighy y el presunto coprotagonista Justice Smith traspasan la reciclada fachada de sus personajes).
Tan disfrutable durante el viaje como efímera en la memoria, ‘Pokémon: Detective Pikachu’ puede ser el inicio de una longeva y lucrativa saga cinematográfica para la joya videojueguil de Nintendo.
Potencial hay… para hacer mucho más.
Lo mejor: Pikachu con Reynolds detrás, el momentazo MR. Myme, Psyduck, Ryme City y los excelentes efectos visuales.
Lo peor: es excesivamente simple.