Rose-Lynn Harlan, tiene 23 años, talento, carisma y un sueño: salir de Glasgow y triunfar como cantante de country. Acaba de salir de la cárcel y tiene dos hijos pequeños a los que mantener. Marion, su madre, quiere que acepte su realidad y se responsabilice de sí misma de una vez por todas; pero cuando un encuentro casual acerca a Rose-Lynn a sus sueños se enfrenta a una difícil decisión: su familia o el estrellato.
Una de las máximas para triunfar en el mundo de la canción, válido para cualquier género al que pertenezca, no consiste en quedarse tan solo con una bonita voz, sino además saber contar, transmitir, expresar sentimientos, ideas, ilusiones y belleza mediante las letras y música de las composiciones. Cuando se cumple un siglo desde que el folclore tradicional de los emigrantes, sobre todo irlandeses y escoceses por tierras sureñas americanas, diera a luz al peculiar estilo country, infinidad de voces han erigido los pilares básicos de dicho movimiento melódico. Desde The Carter Family, Jimmie Rodgers, Johnny Cash, hasta llegar a Dolly Parton, Kenny Rogers, o Ry Cooder, entre muchos, todos han formado parte de la leyenda del sentirse “country”. De hecho, este último puso letra y música a la máxima del cantautor Harlan Howard sobre el lema de que solo se necesitan tres acordes y la verdad para crear una buena canción.
‘Wild Rose’ lleva tatuada esa proposición con orgullo en su propia piel. Cuando parece recuperarse ese tipo de cine que recompone los temas musicales y los lleva a un primer plano del argumento (similar a los recientes éxitos ‘Bohemian Rhapsody’, ‘Ha nacido una estrella’ o ‘Rocketman’), el director Tom Harper recrea una sencilla lección, tanto de talento como de inmadurez, sobre el guion de Nicole Taylor. Ambos dan el salto del mundo televisivo al de la gran pantalla con esta curiosa trama a mitad de camino entre una road movie de country escocés y un aroma de ‘Green Book’ femenino con micromecenazgo por un sueño incluido en el mismo precio.
El valor fundamental de esta “rosa silvestre” reside precisamente en su protagonista, la actriz Jessie Buckley quien da vida a Rose-Lynn, una joven irresponsable con una aptitud excepcional para cantar, y estrella del country en ciernes encerrada en el cuento de Cenicienta. Una americana atrapada en el cuerpo de una escocesa, cuya personalidad está orientada a la meca de Nashville, en Tennessee, a miles de millas de su Glasgow natal.
La veterana Julie Walters interpreta a Marion, una especie de voz de la conciencia externa. Ha sacrificado su vida por su hija y por sus nietos, y ahora pretende demostrar que esos sueños de cantar deben estar en el suelo, al lado de los pequeños de los que su hija no termina de hacerse cargo.
Una madre inmadura, una abuela con dos niños y una aventura para encontrar sus propios sentimientos musicales. Tales son los verdaderos tres acordes y su verdad, para aprender el oficio de ser madre, crear un hogar y conocer a sus propios hijos mientras lucha por encontrar el rumbo de su propio sueño.
‘Wild Rose’ es ese retrato bastante realista cuya premisa viene a demostrar que “la vida no tiene caminos de baldosas amarillas, las hemos de encontrar”. Una madre con deseos y una abuela con conciencia para descubrir al final del largo y tortuoso viaje que “no hay ningún lugar como el hogar”.
Lo mejor: la protagonista y su credibilidad, esa voz y su personalidad.
Lo peor: que pueda caer en el saco de “una más de canciones” y no se le reconozca el valor debido a la música country.