Cuenta la historia de una joven prometida que para formar parte de la familia rica y excéntrica de su nuevo esposo ha de participar en una tradición ancestral, que se termina convirtiendo en un juego letal donde todos luchan por su supervivencia.
Fox Searchlight, la división independiente del gran estudio absorbido por la todopoderosa Disney, cumple 25 años. Y para celebrarlo presenta esta producción salida del colectivo cinematográfico Radio Silence, formado por los dos directores de esta ‘Ready or Not’ (su título original), y su socio ejecutivo Chad Villela. En estos ocho años de vida han proporcionado cuatro películas cuya calidad va creciendo a medida que se hacen hueco en el mercado, con un compendio de terror, aventura, algo de ciencia ficción y un gran toque de comedia. Es un claro y loable intento de abrir nuevas vías al género gracias a pequeñas producciones amparadas por grandes estudios, en vez de continuar insistiendo en esas reiteradas sagas que se repiten, colman y saturan al personal ávido de sangre y miedo. Y como esta es una de esas épocas más recurrentes para llevar al público especializado a las salas, pues eso, que se abre la veda. A fin de cuentas, como decía aquella canción que tarareaba el muñeco Jack en su particular pesadilla “esto es Halloween (bis)…”.
‘Noche de bodas’ es un divertido, macabro y sanguinario juego de rol que poco puede ir más allá de lo que sus títulos en castellano y en original puedan sugerir, algo así como preparados, listos… ya, sálvese quien pueda.
Similar al estilo serie B del experimento de ‘Grindhouse’ (Tarantino y Rodríguez), y con el toque salvaje de ‘La cabaña en el bosque’ de Drew Goddard, el tándem de directores formado por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett experimenta con la locura sin escrúpulos de un consolidado grupo de parientes contra una pobre muchacha indefensa que no sabe dónde se mete. Menos mal que ella proviene de padres de acogida, pues con un clan así es mejor mantener ciertas distancias.
El éxito de una estirpe adinerada está supeditada a un antiguo pacto con ciertas connotaciones ocultistas como legado de un fabricante de juegos de mesa. Y cada vez que la unidad familiar se expande por amor tienen que encajar un concienzudo ritual de iniciación. Los guionistas Guy Busick y Ryan Murphy la toman con esta pobre chica, haciéndola evolucionar conforme recorre los recovecos de la imponente finca de los Le Domas.
La novia tiene que encajar la dura realidad de su nueva familia política y soportar sus golpes hasta las últimas consecuencias. Samara Weaving (‘Tres anuncios en las afueras’, ‘The Babysitter’), responde al registro que mezcla con acierto belleza, decisión y desconocida fortaleza para aguantar todos los embistes de su enlace nupcial si quiere “ser de los nuestros”.
El resto de parientes letales responden más al manejo de las armas que a su cariño por acoger a la muchacha, en esta especie de Cluedo tenebroso. Adam Brody, Mark Bomback, Henry Czerny y Andie MacDowell, conforman parte del equipo jugador. Además de su fotografía y ambientación, también despunta la banda sonora del cada vez más habitual Brian Tyler (‘Rambo: Last Blood’, ‘A dos metros de ti’).
‘Noche de bodas’ es burlona y grotesca. Entretenida, fresca, dinámica y bien medida en su concepto. Un producto para apaciguar la necesidad de sangre de quienes en estos días se aferran a costumbres importadas del otro lado del charco, y sabe mantener el ánimo de diversión mientras se devoran cubos de palomitas en la sala.
Lo mejor: su cándida sencillez, acompañando a la recién desposada en su desventura matrimonial, sin olvidar esa tía política con cara de muy pocos amigos.
Lo peor: que su argumento se base en los continuos desgarros del vestido de novia y el pulular por la enorme mansión, jugando al escondite según estas curiosas reglas.
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