En esta ocasión, los ‘jugadores’ vuelven al juego, pero sus personajes se han intercambiado entre sí, lo que ofrece un curioso plantel: los mismos héroes con distinta apariencia. Pero, ¿dónde está el resto de la gente? Los participantes sólo tienen una opción: jugar una vez más a esta peligrosa partida para descubrir qué es realmente lo que está sucediendo.
Para muchos, resucitar la saga de Jumanji sin Robin Williams fue todo un sacrilegio.
Ya sabemos que a Hollywood eso le da igual y ‘Jumanji: bienvenidos a la jungla’, supuso el regreso del juego de marras, con otras caras y versión consolera para las nuevas generaciones.
Su inesperado éxito taquillero provocó, inevitablemente, una secuela, que nos lleva al siguiente nivel.
La segunda aventura de Jumanji expande el contenido del juego, que esta vez sale de la jungla para explorar nuevos entornos y niveles, con situaciones muy parecidas a las de la primera entrega y tirando, sobre todo, de una dosis continua de gags y set pieces de acción a cada cual más loca y saturada de logrados Cgis.
Con intercambio de roles incluido, el principal aliciente de esta secuela tan trepidante como efímera radica en el cuarteto protagonista y la incorporación de los dos Danny: De Vito y Glover, que hacen de las coñas viejunas y una carrera longeva la perfecta combinación para aderezar la ensalada de referencias.
Ver a los avatares de Dwayne Johnson y Kevin Hart mimetizarse con sus ancianos jugadores es hilarante, aunque las bromas de caderas, despistes, sordera y repetirlo todo una y otra vez terminen perdiendo fuerza por saturación.
‘Jumanji: siguiente nivel’, tiene todos los pros y contras de una segunda entrega, aunque asegura dos horas de divertimento navideño. Para la mayoría, en una propuesta de este tipo, debería ser suficiente.
Lo mejor: De Vito, Glover y sus avatares.
Lo peor: salvo la diversión, no aporta nada nuevo.