Después de separarse de Joker, Harley Quinn y otras tres heroínas (Canario Negro, Cazadora y Renée Montoya) unen sus fuerzas para salvar a una niña (Cassandra Cain) del malvado rey del crimen Máscara Negra.
Primero, lo bueno: la aventura de Harley Quinn y sus amigas es una comedia macarra, irreverente, deslenguada, políticamente incorrecta, muy violenta (gracias, entre otros, a la colaboración de Chad Stahelski, que nos ofrece una selección de escenas de acción trepidante y variada amén de la segunda unidad), llena de brilli brilli, absoluta y conscientemente hortera y disfrutable de principio a fin.
La nueva apuesta de DC tiene en Margot Robbie su principal (y sin duda, mejor) baza.
La intérprete asume el control de la película, siendo la presencia de las Aves de Presa circunstancial (el título no hace honor a lo que vemos en pantalla), apenas dibujada y, en su mayoría, actuando como piezas para que avance la acción.
Esto también redunda en la presencia de ese villano histriónico e imposible, víctima de un mal casting (Ewan McGregor suma, siempre y cuando no haga de malo), que además, ni por un momento por muchas caras que ponga o burradas que haga, se percibe como una amenaza real para Harley.
En cuanto a su vertiente feminista, aunque no sea correcto decirlo hoy en día, para que un personaje (femenino o no) brille y se empodere solo hace falta que esté bien escrito e interpretado (Harley Quinn-Margot Robbie).
Si es un cliché andante, machirula (con los peores tics machistas) parlante, o apenas se dan unas pocas pinceladas de su vida, sentimientos y motivaciones, no funciona más allá de lo meramente visual, cargándose el esfuerzo actoral.
Aquí, la película de Cathy Yan patina, centrándose tanto en Quinn que descuida al resto de las Aves de Presa, desperdiciando además a actrices tan notables como Rosie Pérez y Mary Elizabeth Winstead (que debería cambiar de agente después de ésta y ‘Géminis’), que no tienen tiempo ni libreto suficiente para brillar como su talento merece.
Sí es cierto, y loable, que el alucinógeno despliegue de la película parece mofarse a ratos y huir de cualquier movimiento militante que no hable de igualdad, sino de destrucción del otro, aunque a la vez presente a todos los personajes masculinos como gilipollas y traicioneros patológicos.
‘Aves de Presa’, se queda a medio camino de casi todo, siendo siempre divertida pero nunca memorable; siempre cerca del sentimiento producido al terminar el visionado de ‘Escuadrón Suicida’… que de la euforia buenrollista de ‘Aquaman’ o ‘Shazam!’.
Lo mejor: Margot Robbie, las escenas de acción, la incorreción política y la Hiena.
Lo peor: la película debería titularse, solo ‘La fantabulosa emancipación de Harley Quinn’.