Rómulo, un investigador privado, recibe el encargo de una clienta de investigar el estado de salud de su madre, que vive en un asilo. Para llevar a cabo la misión contrata a Sergio, un hombre viudo de 83 años que jamás había trabajado como detective y que debe internarse en el asilo como un agente topo. Allí, Sergio lucha por cumplir su misión mientras, inevitablemente, se involucra en la vida de las residentes de ese hogar. Un divertido y emocionante homenaje a nuestros mayores.
Con suerte, muchos llegaremos a viejos.
La vida, como la buena carrera de obstáculos que es, va dejando pruebas aquí y allá, pintando de colores vivos, alegres, oscuros y apagados el lienzo en blanco del que partimos.
Con suerte, muchos viviremos lo suficiente para llegar a saber quienes somos, de qué estamos hechos, en qué o quienes hemos influido y nos han influido, y qué huella, por grande o pequeña que sea, física o emocional, dejaremos en este mundo.
‘El agente Topo’, no es solo un documental mezclado con cine de espías entrañable , divertido y necesario.
Es también una pieza dramática donde cada conversación, cada plano, cada sincera manifestación de humanidad, experiencia, humildad, humor y cercanía de estas personas mayores (muchas tristemente olvidadas) que viven sus últimos días en un asilo, valen cada minuto su visionado.
Es un tributo, un homenaje, una carta de amor, respeto y reconocimiento de aquellos sin los que ninguno (repito, ninguno) estaríamos aquí, quejándonos a diario por todo y por nada, acomodados en este Siglo complaciente, infantil y desagradecido.
Todos debemos atesorar las lecciones de nuestros mayores, tanto cuando somos niños como en el futuro, pues su sabiduría está atemperada por algo que nos es ajeno, ya que aún lo estamos experimentando: el paso del tiempo. Las batallitas de nuestros mayores hay que cogerlas como oro en paño, con cuidado, y extraer conclusiones que, sin duda, nos servirán para el futuro.
Y acompañarlos en los últimos pasos de su viaje, como ellos siempre nos han acompañado. La soledad de NUESTROS mayores es otra de las grandes lacras que hay que combatir. Aún están muy vivos, y conservan sus ilusiones, anhelos y ganas de seguir dejando su huella en el mundo.
Todo esto está presente en ‘El agente topo’ que cuenta, además y como colofón, con ese protagonista maravilloso, Sergio Chamy (aprende, James Bond, donde te pueden llevar el don de gentes y la amabilidad), que nos descoloca y conmueve con su desparpajo, sabiduría pero también dulce bonhomía; sagacidad, tolerancia, humanidad, sentido del humor, valores (los grandes ausentes actuales) y, en definitiva, las huellas que el tiempo y la experiencia han dejado mucho más allá de sus arrugas.
Un personaje, y un actor, que nos roban el corazón desde el primer momento, acompañados por un elenco crepuscular maravilloso.
La película de Maite Alberdi merece cada premio que ha ganado y ojalá su viaje concluya con un Oscar.
Lo mejor: es absolutamente necesaria.
Lo peor: perdérsela.