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‘Tom y Jerry’, jugar al gato y al ratón

Una de las rivalidades más populares de la historia se dispara cuando Jerry se muda al mejor hotel de Nueva York en vísperas de «la boda del siglo». La llegada del ratón obliga a la desesperada organizadora del evento a contratar a Tom para deshacerse de él. La batalla entre el gato y el ratón amenaza con destruir su carrera, la boda y puede que todo el hotel. Pero poco después surge un problema aún mayor. Se trata de un miembro del personal diabólicamente ambicioso que conspira contra los tres.

Es complicado ir contra natura. La animadversión genética de los felinos hacia los roedores -al igual que la de los cánidos sobre los primeros-, ha servido como caldo de cultivo a innumerables aventuras animadas. Si además son presentados a modo de David, el más pequeño e inteligente, frente al Goliat, más poderosos y simplón, el éxito está garantizado. Los octogenarios Tom y Jerry celebran por todo lo alto su regreso al cine, para perseguirse como gato y ratón.

La época dorada de esta pareja cómica (con perdón del magnífico y polifacético Chuck Jones), reside en las dos primeras décadas de su nacimiento para la gran pantalla. William Hanna y Joseph Barbera llegaron a atesorar siete preciadas estatuillas de la Academia y otras seis nominaciones al Oscar en dicha categoría dentro sus 114 cortometrajes iniciales.

Metro-Goldwyn-Mayer no sólo sustituyó al león Tanner, uno de las mascotas de la cabecera del estudio en esa época, suplantando sus rugidos por los maullidos del gato, sino que se brindó a cederlos en curiosos cameos como el de ‘Levando anclas’ con Gene Kelly, o nadando junto a Esther Williams en ‘Mojada y peligrosa’.

El director Tim Story (‘En qué piensan los hombres’, las dos primeras entregas de ‘Los 4 fantásticos’), recupera gran parte del legado de estos personajes en el que no es su primer largometraje para el cine, esperando que no caiga en el olvido de su predecesor. Cuenta con un guion bastante desagradecido para dos estrellas de este calibre, firmado por el mismo Kevin Costello de ‘Brigsby Bear’. Y entre los humanos que acompañan a las caricaturas figuran Chloë Grace Moretz, Michael Peña, Rob Delaney, Patsy Ferran, Pallavi Sharda o Colin Jost, intentando extraer su vis más cómica.

En ‘Tom y Jerry’ es evidente que quien lleva todo el protagonismo es el dúo formado por la pareja de gato y ratón, acompañados por muchos personajes animados que han ido creciendo junto a ellos a lo largo de sus carreras. Lo curioso es apreciar que las mismas bromas, idénticos gags, golpes, torturas y demás acciones innobles o despreciables siguen funcionando en esta reminiscencia del cine mudo clásico. Destaca un poco de irreverencia y lo que ha podido permanecer que fuese política y socialmente incorrectos para disfrute sobre todo del público infantil.

Para ello utiliza una técnica muy similar a la empleada en ‘¿Quién engañó a Roger Rabbit?’ (a años luz, y no solo por los más de treinta años que les separan), o de ‘Space Jam’. 

‘Tom y Jerry’ no hace justicia a sus personajes, sobre todo por el argumento que emplea en mostrar Nueva York como destino turístico, o utiliza el exotismo de la India, tal vez para abrir mercado. Pero sí se puede destacar que su parte dibujada es amena, divertida y recupera, a golpe de repetición, el espíritu de estos dos caracteres a los que el mundo de la animación debe tanto. Y aunque tuvieron épocas mejores siempre es agradable verlos de nuevo en acción.

Lo mejor: los dibujos animados, su textura y la desmedida comicidad del eterno juego del gato y el ratón.

Lo peor: el exceso musical y unas desventuras argumentales que no están a la altura de sus dos protagonistas.

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