Cole Young, el luchador de MMA (Artes Marciales Mixtas), acostumbrado a recibir palizas por dinero, desconoce su ascendencia, y tampoco sabe por qué el emperador Shang Tsung de Outworld ha enviado a su mejor guerrero, Sub-Zero, un Cryomancer sobrenatural, para darle caza. Cole teme por la seguridad de su familia y busca a Sonya Blade siguiendo las indicaciones de Jax, un comandante de las Fuerzas Especiales que tiene la misma extraña marca de dragón con la que nació Cole.
Tras innumerables inicios, reinicios, secuelas, precuelas, crossover… y todo lo que se tercie, Warner Bros. continúa detrás de El Dorado. Y más en tiempos de pandemia donde manda el ensayo y el error. Proyectos que se quedan estancados, franquicias que esperan el montaje del director, sorpresas que despuntan cuando todo se creía perdido. La industria de los videojuegos y la cinematográfica comparten muchos elementos, pero sobre todo el que más destaca es el grupo de los incondicionales y fieles fans.
De sus originales 32 bits a esta nueva versión para la gran pantalla hay 40 años de separación y superación. Con el universo DC revuelto, con Godzilla que parece querer regresar a sus orígenes y con Kong saboreando el éxito del mundo hueco, Warner mira con sumo interés al oriente, en busca de una saga que le devuelva el éxito perdido. Otras compañías tienen carreras de coches a todo gas con guiones muy locos; culebrones galácticos a golpe de sables láser; o espías en deportivos a punto de jubilarse si el confinamiento se lo permite.
‘Mortal Kombat’ busca su permanencia, casi del mismo modo que las diferentes versiones del juego. Fantásticas luchas a muerte entre humanos expertos en artes marciales y otros seres fabulosos que dominan también las danzas letales. No hay mucho más, salvo intentar crear y desarrollar un argumento que vaya algo más allá del que Ed Boon y John Tobias esculpieran a golpe de pixel.
El publicista Simon McQuoid se estrena en la dirección de su primer largometraje con espectacular soltura. Al tratarse de una gran producción en la que están puestas todas las expectativas de la compañía de cara a futuras entregas, la presión no ha de ser poca cosa. Además está hipersaturada de acción, luchas, peleas, y efectos especiales para un público muy exigente y capaz de tirar a la basura un buen producto por no cumplir con los caprichos de los seguidores. Que se lo digan a los responsables de la primera versión de ‘Sonic’, o a ‘Warcraft: El origen’, que a pesar de ser muy aceptable se quedó en eso, en el origen…
También debuta en el guion Greg Russo, que está acompañado en la labor de escritura por Dave Callaham (la saga ‘Los mercenarios’, ‘Godzila’), sobre la historia firmada por el propio Russo y Oren Uziel (‘Infiltrados en la universidad’).
El numeroso elenco de personajes está interpretado por Lewis Tan, Jessica McNamee, Josh Lawson, Tadanobu Asano, Mehcad Brooks, Ludi Lin, Chin Han , Joe Taslim y Hiroyuki Sanada, entre otros muchos más.
La inquietante música de Benjamin Wallfisch (‘El hombre invisible’, ‘Blade Runner 2049’, los dos capítulos de ‘It’), abusa un tanto de la percusión, aunque dado el carácter oriental de la producción y los golpes de los combates está más que justificado. Además de unos efectos visuales deslumbrantes.
‘Mortal Kombat’, al igual que los videojuegos, no es apta para todos los públicos. De hecho tiene algunas escenas que están por encima de lo correctamente sangriento. Aviso para padres despistados, que los hay. Y gracias al buen uso de las bromas, guiños y “fatalities” que incluye, hace que se disfrute muy bien el espectáculo y su fanfarria, que es de lo que se trata.
Hielo y fuego. Artes marciales y peleas entre seres humanos y combatientes ancestrales. Y a esperar, pues la franquicia está llamada al típico “continuará”. ¿Será la nueva liga de la justicia…?
Lo mejor: buena producción que logra entretener y pasarlo en grande a partes iguales.
Lo peor: la dependencia de los seguidores en cuanto a la creatividad de la trama, pero aún así más que aceptable.