Tras los fatales acontecimientos sucedidos en la primera parte, la familia Abbot debe enfrentarse a los peligros del mundo exterior mientras luchan en silencio por sobrevivir. Forzados a aventurarse en lo desconocido, pronto se dan cuenta de que las criaturas que cazan orientadas por el sonido no son la única amenaza que acecha más allá del camino de arena.
El hecho de tener la ideas tan claras tras haber disfrutado de la presente secuela no significa que sean igual de fáciles a la hora de plasmar en palabras. Pocas segundas partes te ofrecen la oportunidad de revivir la misma historia dos años después, más uno de prórroga, con casi idéntica intensidad. Ese es el tiempo que ha pasado desde que en estas mismas líneas juzgábamos su primera entrega, ’Un lugar tranquilo’, y ojalá la espera no sea tanta ante un posible y nuevo capítulo de esta misma historia.
El hecho de remitir a la idea original y a las reflexiones que provocaron en su debido momento es sencillamente para no caer en la reiteración, y así poder ahondar en lo que marca la diferencia. John Krasinski, actor, productor, director y guionista asume los mismos roles, y escribe en solitario la historia creada inicialmente por Scott Beck y Bryan Woods.
Las dudas que surgían de la primera entrega aparecen suficientemente resueltas en esta continuación justo donde dejaba la anterior. Los actores más jóvenes Millicent Simmonds y Noah Jupe despliegan al máximo su potencial y hasta parecen superar el protagonismo de una Emily Blunt impecable. A título anecdótico, y por aquello de que los niños crecen muy rápido, indicar que el pequeño actor Dean Woodward sustituye aquí el rol interpretado por su hermano Cade.
Aunque inicialmente la historia no estaba pensada para una segunda parte y dejaba un final abierto, ‘Un lugar tranquilo 2’ (“Parte II” es como se denomina en el título original), pierde en suspense y gana en acción. La tensión que se acumulaba en la sala tanto por el sonido como la ausencia del mismo sigue en todo momento presente, pero ya no es la misma experiencia. Sigue reportando muy buenos sustos, como merece el género, y el espectador se puede mover más libremente en su butaca sin tanto temor a que lo ejecute uno de los bichos protagonistas.
Con ‘Un lugar tranquilo 2’ recuperamos la excitante historia de los Abbot justo donde la dejamos, saciamos la curiosidad por muchas cuestiones planteadas, y aunque bien es cierto que el nivel de suspense baja mínimamente, lo resarce con la trepidante dosis de acción y efectos que se incorporan a esta nueva entrega. En definitiva, tan a la altura de su predecesora que parece tratarse de una misma y única película, perfectamente encajada en una trama que todavía tiene mucho por contar.
Un paseo más allá del camino de arena. Saliendo de la seguridad de sentirse a salvo para superar el miedo y la cobardía. Una historia de separación y abandono paralelos, para mantener la calma. Y todo ello aderezado con un montaje intenso.
Niños, a quienes les han robado la infancia, contra monstruos, para llegar a ser “la clase de persona que merece la pena salvar”, en la necesidad de ofrecer ayuda.
Al igual que la intuición hacía presagiar una irremediable continuación de la primera entrega y así se dejó por escrito cuando ni siquiera había rumores al respecto, ahora sucede del mismo modo ante un necesario nuevo capítulo que continúe con las andanzas de los Abbott en su misión de salvar a la humanidad. O al menos de lo que queda de ella. Imprescindible continuación de una verdadera joya en todo su esplendor.
Lo mejor: la sorprendente y gratificante continuidad, el perfecto acople de ambos capítulos, sus interpretaciones, la música de Marco Beltrami…
Lo peor: el sentimiento encontrado de esperar un gran final que parece se hace esperar, pero si ha de venir algo así, bienvenidas sean todas las partes necesarias.