Película basada en el paseo en un parque temático de Disneyland donde un pequeño barco fluvial lleva a un grupo de viajeros a través de una jungla llena de peligrosos animales y reptiles, pero con un elemento sobrenatural.
A estas alturas del siglo XXI, y más cuando hablamos de la Casa de las Ideas, los Blockbusters rara vez inventan algo nuevo, y su éxito o fracaso artístico dependen, casi siempre, de lo bien que se recicle, o se vuelva a freír, lo que ya hemos visto anteriormente.
En ‘Jungle Cruise’, Disney vuelve a convertir (con éxito) una atracción en película, como ya hizo con la magnífica ‘Piratas del Caribe’, y lo hace bajo la dirección del español-estadounidense Jaume Collet-Serra que, sin prisa pero sin pausa, se ha ido labrando una sólida carrera en Hollywood tirando de oficio.
Serra coge un poquito de la atracción turística, a los Piratas del Caribe de Verbinski, a Indiana Jones (ese villano alemán tan machote, ridículo y desalmado protagonizado por el siempre eficaz Jesse Plemons) y a lo mejor de la primera entrega de ‘La Momia’ (os sonará la pareja de hermanos, con los códigos actualizados para los nuevos tiempos), y lo combina con el carismazo aparentemente inagotable de Dwayne Johnson y Emily Blunt (ambos perfectos en sus papeles), para alumbrar una tierna, desenfadada y deliciosamente absurda aventura sin paradas con mucha comedia física, apabullantes (aunque excesivos) efectos visuales gracias a los magos de Weta e ILM y una banda sonora a la altura de su compositor, el gran James Newton Howard (y Metallica).
Abrazando sin tapujos su condición de refrito, Serra se desmelena componiendo el Blockbuster del verano, que se disfruta muchísimo durante su visionado y se olvida casi por completo cuando acaba (salvo algunos hitos que se quedan grabados como el hallöchen/holita de Plemons antes de la maravillosa melé del torpedo, y el excelente diseño de producción de todos los malos de la función, donde Serra inyecta un extra de terror raro de ver en producciones para el gran público).
En su versión original merece un elogio, también, el excelente trabajo con el español no solo en el trío de malos encarnados por Edgar Ramírez, Dani Rovira y Quim Gutiérrez, sino en el resto de actores que lo hablan.
‘Jungle Cruise’ nos embarca en una ‘Reina de África’ brasileña con esteroides, cachondeo, desenfreno, diversión a raudales y la velocidad que toda buena atracción merece.
Lo mejor: el trabajo actoral (con Próxima, la mascota, incluida), los efectos visuales, el diseño de producción, el reciclaje bien hecho y esa sensación de diversión constante.
Lo peor: no inventa nada, lo que provoca que se olvide con facilidad.