David intenta desesperadamente mantener unida a su familia después de separarse de su esposa. Ambos acuerdan poder salir con otras personas, pero David lucha por asumir la nueva relación de pareja de su ex.
El impactante arranque del debut detrás de las cámaras de Robert Machoian, presagia una película directa y distinta, donde se tiene que hilar muy fino para que, de entrada, simpaticemos con el protagonista David (estupenda actuación de Clayne Crawford) y su atribulada relación matrimonial.
Pero Robert Machoian se las arregla para cuadrar el triángulo amoroso y el torbellino paterno, a través de un sólido guión, sobria (pero repleta de simbolismos y aderezada por una excelente fotografía) puesta en escena y una maravillosa dirección de actores.
No hay un solo momento en ‘El asesinato de dos amantes’ que sea superfluo o carezca de sentido.
85 minutos de puro cine íntimo, pequeño; pero a la vez tan grande como inexorables son las frágiles relaciones humanas, siempre en el filo de la navaja.
La disección vital de la cinta pone de manifiesto la frágil estructura de la familia (tradicional o de cualquier otro tipo. En los rincones más rurales de Estados Unidos, la gran ciudad o cualquier otro país del cada vez más cuestionable ‘Primer Mundo’), donde deambulamos con pies de barro, siempre a un paso del abismo, llamados a un continuo cuidado para que no se vaya todo al traste.
El comportamiento de David y su estresante condición en la lucha por volver con su familia, acarrea consecuencias, que Machoian consigue que entendamos a través del peregrinaje por el desierto de un ser humano que podría ser cualquiera, sometido a la presión de, literalmente, no saber qué hacer para componer los pedazos de una relación rota, donde hay amor y familia, pero también un duro camino por recorrer, repleto de baches de rencor, anhelo, angustia, ira, tristeza y un tenue rayo de esperanza.
Fiel al pedigrí del catálogo de Filmin, ‘El asesinato de dos amantes’ es una de las mejores propuestas indie de los últimos años, con la que cualquier espectador que viva y respire, podrá sentirse, directa o indirectamente, identificado.
Las relaciones humanas pueden ser tanto jardín como campo de minas. Todo depende de las, aparentemente, pequeñas decisiones que tomamos o dejamos de tomar en nuestro día a día.
Disfruten de un claro, absorbente y conmovedor exponente de la vida… real.
Lo mejor: Machoian se estrena con un filme donde cada minuto es un tesoro, sin lugar para lo accesorio.
Lo peor: nada que valga la pena señalar.