Irene tiene quince años y vive en un centro para menores infractores. Se acaba de quedar embarazada y está decidida a cambiar de vida gracias a Javier, uno de los educadores del centro. Javier le ofrece vivir con él y su mujer, Adela, en la casa que tienen en un paraje aislado y agreste de la sierra, para que pueda llevar a buen término su embarazo. La única condición a cambio es que acepte entregarles al bebé que lleva en sus entrañas. Este débil pacto puede verse comprometido cuando Irene empiece a sentir como suya esa vida que lleva en su interior.
Resulta más que grato disfrutar de una película en la que sus principales tres personajes se expresan a través de pequeños gestos, silencios y muy pocas palabras. Sorprende cuando, además, el entorno ayuda a la concepción de planos idílicos que también ayudan a profundizar en el alcance de la historia que se presenta. Tomando su tiempo, marcando las distancias, planificando con precisión milimétrica. Cuando el equipo artístico y el técnico se compenetran a la perfección ese sentimiento se transmite a través de la gran pantalla, con independencia de que el espectador conozca al detalle o no cómo se han plasmado las palabras del guion al resultado de sus imágenes.
‘La hija’ contiene todos esos ingredientes. Se disfruta a fuego lento y con sosiego, saboreando y paladeando las fabulosas interpretaciones de su reparto, sin excepción. El espectador se embelesa en un entorno idílico, la sierra de Jaén, y en sus mil tonalidades paisajísticas por medio de las diferentes estaciones. Todo ello, los retratos de los actores ejecutando su papel y los paisajes bucólicos e inertes, son tratados como verdaderos bodegones inmersos en su quietud.
El director andaluz Manuel Martín Cuenca (‘Caníbal’, ‘El autor’), produce con Fernando Bovaira (‘Mar adentro’, ‘Los otros’), y escribe junto a Alejandro Hernández (‘Mientras dure la guerra’, ‘Adú’), sobre una historia de Félix Vidal. Un thriller con tintes dramáticos que sorprende por la decisión y dureza de sus muy trabajados personajes.
Javier Gutiérrez (‘La isla mínima’, ‘El olivo’, ‘Campeones’), Patricia López Arnaiz (‘La otra mirada’, ‘Ane’, ‘Uno para todos’), e Irene Virgüez (en su debut cinematográfico), componen el triángulo explosivo. Encerrados en un paraíso por el futuro de un bebé, sus vidas son capaces de retorcerse en un trágico escorzo entre la confianza ciega y el recelo silencioso. Interés y sencillez, en una familia de acogida con los diálogos elevados a su mínima expresión y la elocuencia de los gestos a lo más alto.
Es inteligente la trama y asombrosa la ejecución. La apariencia de una escapada, de un refugio, de un secuestro, de un crimen. Cada plano es una joya y cada silencio retumba por su maestría.
En ‘La hija’ la naturaleza ha de seguir su curso para que la vida siga fluyendo. Es, sin duda, un magnífico trabajo arropado por notas musicales de nana y de misterio, donde nada tiene que parecer lo que se siente. Un cliché de jóvenes descerebrados frente a adultos calculadores, en continua simulación. Un juego de bodegones llevado al límite.
Lo mejor: hacer tanto con aparentemente tan poco.
Lo peor: que te pille desprevenido su desenlace.