Reinvención del musical original de Broadway, que cuenta los amores entre jóvenes y las tensiones que se producen entre las bandas rivales de los Jets y los Sharks en las calles de Nueva York en 1957. Una adaptación para la gran pantalla del espectáculo original de Broadway, con libreto de Arthur Laurents, música de Leonard Bernstein, letras de Stephen Sondheim y concepto, dirección y coreografía de Jerome Robbins.
Hay que saber muy bien lo que se hace en el mundillo del cine para lanzarse a producir un musical hoy en día. La experiencia, la estadística y la taquilla nos dice que es uno de los géneros más complicados para llevar a la gran pantalla y más desde que en las últimas generaciones se prescinde de las canciones en las películas animadas de Disney (y hasta de los mismos dibujos, pues ahora son creaciones digitales), con permiso de ‘Frozen’ o la reciente ‘Encanto’.
El cine musical actual queda relegado a ‘La La Land’, a Lin-Manuel Miranda y a algunas versiones de clásicas producciones de Broadway (evitaremos hablar aquí de ‘Cats’). Y si dirigimos nuestra mirada a los clásicos, esos que todos conocemos por su nombre pero que poco público puede presumir de haber visto en pantalla grande, la cosa empeora sustancialmente.
El ‘West Side Story’ de Spielberg supone la primera y única incursión en este género del que fuera rey Midas de la industria cinematográfica. De toda su extensa obra, lo más cercano que ha unido su filmografía a la música han sido las tres estatuillas y las muchas nominaciones que ha proporcionado a John Williams (quien participa aquí como consultor musical) con sus películas, aquella intro de ‘Indiana Jones y el templo maldito’, o la estética del videoclip de ‘Ready Player One’.
¿Quién lo iba a decir…? Spielberg dirigiendo un musical, y en este caso un adaptación y a la vez remake de la obra posiblemente más exitosa de todos los tiempos. Y lo que nos preguntábamos ¿era necesario…?
La respuesta sencilla es la de un sí rotundo y con con letras de oro. Sin menospreciar en absoluto la obra de Robert Wise que cumple 60 años, la visión de Spielberg es más cercana al libreto original con pequeñas modificaciones, y a las realidad social actual.
Llama la atención la poderosa riqueza visual y las texturas creadas por su habitual director de fotografía Janusz Kaminski (colaborador desde ‘La lista de Schindler’), la dinamicidad en el montaje de Michael Kahn (desde el lejano ‘1941’), y una puesta en escena fabulosa gracias al magnífico diseño de producción de Adam Stockhausen (desde el más reciente ‘El puente de los espías’). Sin olvidar la partitura con una tonalidad sonora orquestal adaptada a nuestros tiempos y conducida por el venezolano Gustavo Dudamel, y unos efectos especiales que pasan completamente desapercibidos para recrear las calles neoyorkinas de mediados del siglo pasado. Ah… y el impecable vestuario de Paul Tazewell.
Respecto al reparto no se puede acertar más. Interpretan, cantan y bailan con asombrosa pasión en esta versión musical de Romeo y Julieta, Ansel Elgort (Tony), Rachel Zegler (María, en su debut cinematográfico); Ariana DeBose (Anita); David Alvarez (Bernardo); Mike Faist (Riff); Josh Andrés Rivera (Chino); Ana Isabelle (Rosalía); Corey Stoll (teniente Schrank); Brian d’Arcy James (oficial Krupke); y Rita Moreno, quien se puso en la piel de Anita en la versión anterior.
El ‘West Side Story’ de Wise obtuvo casi el pleno con diez de los once Oscars a los que optaba. Es evidente que dependerá de la calidad de los contrincantes y de los votantes… eso es otra carrera comercial.
Pero este ‘West Side Story’ se podría definir como una preciosidad fílmica en y para todos los sentidos. Spielberg logra destilar un impagable ron añejo portorriqueño que dedica a su padre. ‘La lista de Schindler’, ‘Salvar al soldado Ryan’ y ‘En busca del arca perdida’, ya tienen nueva acompañante para mayor gloria de su director. Y no es para menos.
Lo mejor: que responde sobradamente a la cuestión sobre la necesidad y la actualidad de traer de nuevo a la gran pantalla tamaña tragedia.
Lo peor: nada, salvo que no sea recibida como se merece por parte de un público ansioso de otros géneros, pues Spielberg restaura el valor de este musical con total acierto.