«The Beta Test» es un retorcido thriller sexual sobre un agente de Hollywood que recibe una misteriosa invitación para participar en una cita sexual a ciegas en la que podrá dar rienda suelta a sus fantasías más íntimas. Obsesionado con la experiencia que acaba de vivir, y mientras su matrimonio se desmorona, tratará de descubrir quién se esconde tras esta perturbadora trama de encuentros eróticos, datos en Internet, celos y asesinatos.
Son muchas las series y películas que han retratado, durante décadas, la oscuridad reinante en la Meca del Cine.
Hollywood, el supuesto Paraíso de los sueños, es una jungla implacable donde solo los más fuertes, y a menudo despiadados, sobreviven.
‘The Beta Test’, el nuevo largometraje escrito, dirigido y protagonizado por Jim Cummings, un director cada vez más asentado y considerado dentro del panorama indie, de nuevo articula una propuesta distinta, tensa, incómoda, pero repleta de mensajes y lecturas de calado.
La sátira de Cummings no solo ahonda en la fachada Hollywoodense, donde unos pocos brillan mientras otros (la mayoría), hacen el trabajo sucio entre bambalinas, esforzándose por aparentar continuamente mientras sus demonios internos los devoran.
También reflexiona sobre la intimidad, en una época donde las Redes Sociales e Internet han pervertido el concepto mismo, encumbrando como héroes a cualquiera con una buena imagen de marca, mientras el común de los mortales, hastiado de todo y deseoso de recibir su estímulo rápido, se expone continuamente como si de un animal en el Zoo se tratara. Cautivo desde el momento en que decide, engañado o de buen grado, ser un dato más que explotar en el reino del Big Data.
La película es tan retorcida como el mundo en que nos ha tocado vivir.
Un mundo donde la apariencia manda.
Donde los valores tienen los pies de barro y el golpe de efecto está a la orden del día.
Un mundo enraizado en la satisfacción caduca de la comida rápida.
Un erial donde ser bueno (incluso su imperfecto y desnortado protagonista puede intentarlo) es librar una batalla diaria con casi todo en contra.
‘The Beta Test’ nos enseña lo frágiles y estúpidos que somos.
Presas de un depredador invisible que nos devora en cuanto tiene oportunidad, y al que alimentamos, a veces por inercia, otras por iniciativa y casi siempre por mantener nuestro castillo de naipes, hasta que es demasiado grande, y fiero, como para controlarlo.
Bienvenidos al basurero tras el camino de baldosas amarillas.
Lo mejor: las múltiples, devastadoras y realistas lecturas.
Lo peor: a veces, su histérica puesta en escena ronda la caricatura.