Casi 5.000 años después de haber sido dotado de los poderes omnipotentes de los antiguos dioses -y encarcelado con la misma rapidez-, Black Adam (Johnson) es liberado de su tumba terrenal, listo para desatar su forma única de justicia en el mundo moderno.
Mientras Disney y Marvel parecen haber encontrado la fórmula inagotable del éxito, Warner y DC, asediados por los conflictos de despacho, el controvertido ‘Restore the Snyderverse’ que tantos trolls avivan en Twitter, los líos mayúsculos de Ezra Miller (Flash, por el momento) y los coletazos del rodaje de La Liga de la Justicia de Whedon, siguen dando tumbos en un intento por competir con la Casa de las Ideas.
Tras productos de calidad como ‘The Batman’, ‘Joker’, la inclasificable ‘Escuadrón Suicida’ de James Gunn y las series ‘Harley Quinn’ y ‘Peacemaker’ nos llega ‘Black Adam’ donde Dwayne ‘The Rock’ Johnson demuestra por qué es un titán de la Industria de Hollywood actual, tanto delante como detrás de las cámaras liderando su productora Seven Bucks.
Con el español (otro Tesoro Nacional, como J.A. Bayona) Jaume Collet-Serra detrás de las cámaras, ‘Black Adam’ supone el contundente intento de Johnson por insuflar nueva vida al errático DCEU, aunando lo más comercial y vistoso de las películas que hemos visto hasta ahora, y parte de la inteligencia de las Series que han revolucionado la televisión los últimos meses.
Johnson conoce el Juego de Hollywood, y lo juega a la perfección.
‘Black Adam’ no inventa absolutamente nada, pero pasa en un suspiro ilustrando las andanzas de este ‘ni héroe ni villano’ que mata a diestro y siniestro cuando tiene que hacerlo, defendiéndose él o a su pueblo, e impartiendo una Justicia abierta a debate, que se desarrolla durante la película contraponiendo la visión e intereses de Adam y el pueblo de Kahndaq, con la ‘heroica’ protección de la Sociedad de la Justicia.
Entre (cotidianas) set pieces de acción y excesos de croma (donde resulta cada vez más paradójico como ‘cantan’ los efectos visuales con la tecnología en su cúspide), la cinta de Serra consigue trasladar un discurso, no solo sobre el ya citado concepto de Justicia, sino sobre el papel de ‘Las Policías del Mundo’ que entran cuando y donde quieren de acuerdo a sus intereses, y también sobre el multimillonario negocio que el cine de superhéroes es hoy en día (estupenda la masacre de la habitación del chaval).
El mayor pero de la cinta no es lo predecible de toda la propuesta, ni sus desangelados secundarios (donde solo brilla, cómo no, el veterano Pierce Brosnan en la piel del Doctor Destino, a años luz del Atom Smasher encarnado por Noah Centineo, que no pasa de ligero, bobo y prescindible, alivio cómico), sino que se convierte en todo aquello que, sistemáticamente, Warner, DC y su horda de fanáticos critican: la fórmula de Marvel.
Con unos pocos cambios en su paleta de colores, ‘Black Adam’ podría ser perfectamente una película pergeñada por Kevin Feige y compañía. Con todo lo bueno, y lo malo, que esto conlleva.
Dwayne Johnson, que es un lince, seguramente habrá pensado aquello de ‘si no puedes vencerlos, únete a ellos’. Al fin de al cabo las dos grandes Majors del Noveno Arte llevan reinventando, clonando, plagiando, homenajeando… ideas de unos y otros durante décadas en las páginas de los comics.
A cualquiera dispuesto a pasar un buen rato, ‘Black Adam’ no le decepcionará en absoluto.
Es lo suficientemente poderosa como para insuflar nueva vida al Universo compartido de DC y lo suficientemente violenta y ‘adulta’ como para hacer justicia a su referente comiquero.
Veremos qué nos depara el juicio de la taquilla pero, si responde, seguro que La Roca volverá a impartir su Justicia.
Lo mejor: algunas perlitas del guión, los bien traídos cameos y la estupenda escena final.
Lo peor: si no puedes vencerlos…