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‘La gente como vosotros’: algo así siempre es necesario

Una pareja de un judío y una musulmana, y sus respectivas familias, examinan el amor moderno entre choques culturales, expectativas sociales y diferencias generacionales.

De vez en cuando, en el ingente catálogo de Netflix te encuentras películas que, sin ser perfectas, sí son lo suficientemente relevantes en su mensaje y escritura como para resultar necesarias. 

‘La gente como vosotros’ es, en cierto modo, una revisión contemporánea de ‘Adivina quien viene esta noche’, donde el talento de Jonah Hill y Kenya Barris al guion, y la dirección de la segunda, se juntan para manifestar, de nuevo, las enormes diferencias aún existentes entre la población blanca y la negra en Estados Unidos, recuperando también al renacido Eddie Murphy en el reparto coral que, desde ‘Yo soy Dolemite’, ha experimentado un interesante comeback. 

Una historia donde la herida de la Esclavitud y la posterior segregación racial sigue resonando con fuerza en un país enormemente polarizado. 

‘La gente como vosotros’ desgrana, en clave de comedia, un rosario de rencores, equívocos culturales, prejuicios y expectativas que chocan frontalmente con una realidad repleta de Personas que, para avanzar, han de moverse.

Son muchos los momentos interesantes de la película (la primera cena familiar, las conversaciones entre Hill y su mejor amiga y socia, el comportamiento del Padre –excelente Murphy– de ella y la Madre de él, también excelente Julia Louis-Dreyfus) que, aunque faltos de una consistencia general que apuntale la cinta y un posicionamiento claro, resultan refrescantes, divertidos y tremendamente significativos.

Con la deuda que Estados Unidos tiene y tendrá con una gran parte de su población, nunca serán suficientes las películas, series y libros que hablen de ello, deconstruyendo un dramón histórico y un puzzle con demasiadas, y difíciles, piezas. 

‘La gente como vosotros’ es tan certera y legítima como su título. 

Lo mejor: el guión está repleto de verdades como puños. 

Lo peor: falta el do de pecho final que apuntale una sucesión de escenas muy atinadas.

   

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