Scott Lang y Hope Van Dyne, junto con Hank Pym y Janet Van Dyne, exploran el Reino Cuántico, donde interactúan con extrañas criaturas y se embarcan en una aventura que va más allá de los límites de lo que creían posible.
Tras más de 30 películas y unas cuantas Series, Marvel tiene perfectamente consolidado su MCU, convertido hoy en un Gigante multiplataforma capaz de amasar cantidades ingentes de dinero y, casi siempre, conseguir el favor de la crítica y, sobre todo, del público.
La tercera entrega de Ant-Man sirve de inicio de la Fase 5, tras una Fase 4 plagada de controversia con productos notables y otros no tanto.
Lo cierto es que el final del camino de los Vengadores originales (en la gran Pantalla, claro está) que supuso ‘Endgame’ dejó el listón demasiado alto, y comienza a notarse cierta fatiga en la fórmula Mavelita.
‘Ant-Man y la Avispa: Quantumanía’ destaca por su metraje reducido (125 minutos que se agradecen, sin extenderla innecesariamente), su ritmo frenético que nos aleja del mirar del reloj y la irrupción (descontando la variante del Conquistador que vimos en la primera temporada de ‘Loki’) de Kang que, junto a Janet Van Dyne (Jonathan Majors perfila un villano memorable y Michelle Pfeiffer, como acostumbra, se roba cada plano en el que aparece), entregan lo mejor de la película.
No hay nada ‘malo’ como tal, en ella.
Peyton Reed decide expandir el Universo del Hombre Hormiga y sacarlo de esas dos primeras Comedias entrañables, pequeñitas y ligeras. El Reino Cuántico es una amalgama Sci-Fi repleta de seres imaginativos, y claramente inspirada en el Star Wars de George Lucas.
El huracán de CGI tiene algunos momentos brillantes (el diseño de personajes, estructuras etc) y otros bochornosos (la cara de M.O.D.O.K es tan grotesca como el bigote gate de Henry Cavill), pero en general cumple teniendo en cuenta el descenso generalizado de calidad (seguramente motivado por la cantidad de películas con efectos visuales y las decenas de Estudios involucrados) que hemos visto en los últimos años.
Lo peor de esta aventura es su condición de producto manufacturado en cadena, previsible y lleno de clichés..
La fórmula del MCU se repite una y otra vez, con apenas variaciones desde el inicio de la Fase IV. Todo lo que ocurre se ve venir a kilómetros, y apenas hay un solo momento para el asombro y la ilusión que despertaron en la Audiencia las dos últimas entregas de Los Vengadores, o las primeras películas de presentación de éstos.
Cierto es que no te aburres, Paul Rudd sigue siendo un titán de la Comedia y Scott Lang, probablemente,,el más humano de toda la plantilla.
Pero la Casa de las Ideas se está quedando sin ellas. La pregunta es ¿sin cambios, cuánto aguantará este idilio taquillero?.
Lo mejor: el Reino Cuántico, Kang y Janet Van Dyne.
Lo peor: el cameo de Bill Murray, que lleva años interpretándose a sí mismo con absoluta desgana. Y el grotesco M.O.D.O.K.