Un ladrón encantador y una banda de aventureros increíbles emprenden un atraco épico para recuperar una reliquia perdida, pero las cosas salen rematadamente mal cuando se topan con las personas equivocadas.
Durante décadas, han pasado por la pequeña y la gran pantalla adaptaciones de Sagas fantásticas que han moldeado Generaco menoriones. Con mayor (El Señor de los Anillos, Harry Potter, Las Crónicas de Narnia, Juego de Tronos) (La Brújula Dorada, Eragon, la anterior adaptación de D&D, Warcraft) fortuna, hemos visto cómo las páginas de libros, los tableros de dados o las sobremesas de dibujos animados cobraban vida en imagen real.
En los últimos años (sobre todo a raíz de la entrada de este loco Siglo XXI, que apenas comenzado ya está para Partido de Homenaje), el Cine y la Televisión han experimentado una serie de cambios, naturales y forzados, que han alterado por completo el Panorama de exhibición y visionado de contenidos, por un lado; por otro lado, lo que antes fueron entretenimientos para toda la familia, se han ido oscureciendo a todos los niveles, no siempre por criterios artísticos justificados.
Es motivo de celebración que ‘Dragones y Mazmorras: Honor entre Ladrones’ sea tan alegre, luminosa, desenfadada y plenamente consciente de sí misma.
Con una mezcla perfectamente balanceada de acción, comedia y desarrollo de personajes, la nueva iteración de la franquicia nos ofrece dos horas de diversión a raudales, fantasía desbordante llena de vistosos CGI y (aún más vistosos), efectos prácticos, maquillajes, prótesis y, en definitiva, un cuidadísimo apartado artístico y técnico.
Por si esto fuera poco, los seguidores de esta mítica Saga verán no solo el respeto por el material original (tanto dentro como fuera de los dibujos animados) y una gran cantidad de guiños y homenajes, sino una película de la que, por fin, presumir.
El reparto derrocha carisma (Chris Pine es un pícaro al que parece costarle cero esfuerzo parecer, y Hugh Grant demuestra una vez más el por qué de una carrera tan longeva y repleta de hitos) y oficio, el Mundo Mágico vive, respira y nos sumerge de lleno en la aventura, donde los destinos de los personajes (gracias a un dibujo un poco más extenso y cuidado que el habitual en los últimos tiempos) nos importa, y rápidamente nos caen simpáticos y los sentimos como más que elementos vivos del decorado.
‘Dragones y Mazmorras’ es un Blockbuster con alma, que bebe de tiempos más sencillos, y llama a recuperar por completo la esencia lúdica y maravillosa de ir al Cine, disfrutar como locos y salir mejor que cuando entramos.
Ya quisieran revisiones recientes de clásicos como la fallida nueva ‘Willow’, tener tan claros sus fines y contentar a la vez a la Vieja Guardia y los neófitos en la materia.
Ojalá la taquilla responda y disfrutemos más aventuras de esta singular pandilla.
Lo mejor: tiene alma, corazón y vida. Y te lo pasas en grande viéndola.
Lo peor: que gran parte de la fantasía actual haya perdido, precisamente, lo mencionado arriba.