Asha, una optimista con mucho ingenio, pide un deseo tan potente que le responde una fuerza cósmica, una pequeña bola de energía ilimitada llamada Estrella. Juntas, Asha y Estrella se enfrentan a un imponente enemigo, el Rey Magnífico, gobernante de Rosas, para salvar a su comunidad y demostrar que cuando la voluntad de una persona conecta con la magia de las estrellas, pueden ocurrir cosas maravillosas.
Entre lo insustancial de los deseos y lo sublime que supone lograr cumplirlos para el alma, se traza una finísima y quebradiza línea que puede causar alguna que otra pesadilla. Pero como estamos hablando de la sonada celebración para el estudio de la casa del ratón más famoso del planeta, no queda otra que soplar bien fuerte las velas.
Chris Buck, Jennifer Lee y Fawn Veerasunthorn pertenecen a la última hornada de profesionales prodigio de Disney. Formados y responsables con títulos exitosos como ‘Zootrópolis’, las dos entregas de ‘Frozen’, ‘Vaiana’, ‘Raya y el último dragón’ o ‘Encanto’ entre otras. En esta ocasión aportan una animación impecable consistente en crear fondos tridimensionales pasados por un toque de acuarela al tiempo que suaviza a los personajes para restarle aspecto digital. Familiariza el dibujo con la artesanía de antaño pero con la tecnología actual.
Ubicada en una remota isla en pleno Mediterráneo, supuestamente bajo la bandera de nuestro propio país -aunque realmente poco hay en su contenido con lo que nos podamos identificar-, la isla de Rosas es el lugar idílico donde un monarca con grandes dotes de magia invita a gentes de todo el mundo a vivir bajo su protección. Custodia los deseos de su pueblo, los atesora y los templa, gracias a su magnificencia y a una personalidad extremadamente narcisista. Aquí la voz y el encanto de Chris Pine (en versión original, por supuesto), están que lo borda. No es la primera vez que le escuchamos en una tonada, como en ‘Into the Woods’ o más recientemente en ‘Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones’. Y claro, cuando el vulgo empieza a descubrir la realidad, la cosa cambia.
Ariana DeBose, oscarizada por cantar y bailar en el ‘West Side Story’ de Spielberg y partícipe en el musical ‘Hamilton’, aporta ese toque hispano a una aprendiza de magia un tanto desconfiada respecto a las bondades con las que el rey tiene embelesado a todo su séquito. En su rebelión particular canta a las mil maravillas los temas incluidos en su banda sonora y aporta una gran personalidad a la protagonista que se aleja de ser sumisa cual prototipo de princesa de la casa.
Un logo conmemorativo, un personaje que también cumple cien años, una declaración de buenas intenciones. Con esto no basta. En cambio, una excelente banda sonora a cargo de Dave Metzger, canciones muy cuidadas de Julia Michaels y Benjamin Rice, además de bien interpretadas, y un diseño de producción que siempre va más allá en el mundo de la animación, sí son motivos más que suficientes para disfrutar de esta celebración. Aunque se inspire en el tema “When You Wish Upon a Star” del clásico de ‘Pinocho’, parece deambular por una temática de sueños y deseos que está a punto de desvanecerse sin lograr su objetivo.
‘Wish: El poder de los deseos’ es la interesante celebración animada que conmemora todo un siglo del legendario estudio, dotada con un estilo narrativo magnífico, un diseño de producción impresionante y las voces de una banda sonora repleta de canciones que, sin duda, harán las delicias del público.
Lo mejor: las voces originales de los protagonistas, las canciones junto a la banda sonora, y el estilo de su diseño que simula la acuarela. Ah, y la escena del cabritillo en el gallinero.
Lo peor: como celebración centenaria se queda algo corta con lo que sería deseable, y sobre todo cuando Disney ha absorbido el talento de otros estudios de animación que ha reducido a la nada.